Tuvo un ascenso y no sabe delegar

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Resulta cada vez más frecuente oír a profesionales de distintos rubros sobre sus deseos de ser ascendidos o de aumentar su salario. Si bien ésta es una gran oportunidad, también viene acompañada de una cuota de responsabilidad no menor.

Para dar este paso con el pie derecho será necesario tener claro ciertos aspectos propios de los cargos más altos, comenzando por uno de los más complejos: saber delegar responsabilidades. Una habilidad muy importante y que a muchos profesionales les toma años aprender a llevarla a cabo adecuadamente.

Antes de delegar, será fundamental tener confianza en el equipo, ya que no sólo se traspasarán tareas, sino importantes responsabilidades que van en pro de un adecuado desarrollo de la empresa. Se compartirán logros y fracasos y hay que estar dispuesto a ello. Este es el paso inicial para desarrollar esa gran habilidad.

Pero saber delegar no es sinónimo de distribuir tareas y estar constantemente encima de quien las debe realizar, porque la confianza también debiera generar autonomía y respeto por el trabajo del otro. Sin embargo, esto debe aprenderse, no es algo automático, sino que se logra con el tiempo y con la confianza en el profesionalismo del círculo más cercano. También se debe tener claro que no es librarse de las tareas que no se quieren hacer, sino compartir responsabilidades.

Por otro lado, involucrar a los demás, permitirá balancear la carga de trabajo en distintas personas y además, dará la oportunidad a otros profesionales de desarrollar distintas tareas que le saquen de su rutina y le abran camino a un mayor desarrollo profesional. Para ello es necesario darse el tiempo de conocer a los colaboradores, de tal forma de saber qué tarea dará a cada uno, dependiendo de las habilidades o experiencias con que éstos cuenten.

Para lograr lo anterior, será necesario que el jefe exponga de manera clara lo que se espera del trabajo solicitado, evitando dar un dictamen personal de cómo deben hacerse las cosas, pues esto afecta claramente a la seguridad y confianza de sus colaboradores. Decirle “qué hacer” y no “cómo hacerlo”, es la clave para obtener buenos resultados.

Si bien es necesario dar autonomía al trabajador, esto no significa que con dar un par de indicaciones se logre un buen resultado. El líder deberá dar retroalimentación, otorgar todas las pautas e información, que se requieran para desarrollar un proyecto o tarea. De esta manera el colaborador sentirá el apoyo necesario y tendrá la motivación para llevar a cabo la responsabilidad requerida.

Finalmente, una vez cumplida efectivamente la tarea, el líder deberá reconocer el trabajo y dar la retroalimentación que la persona a cargo espera. Si por el contrario, esta responsabilidad no fue realizada de la manera que se esperaba, deberá tomarse como una alerta para que el jefe evite delegar ese mismo tipo de tareas nuevamente a la misma persona.

Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú, señala que, “es evidente que a nadie le gusta salir a altas horas de la noche de la oficina, llevarse trabajo a casa, trabajar los fines de semana o despertarse y acostarse estresados por las altas responsabilidades que llevamos a cabo diariamente. Frente a este panorama, delegar parece ser una buena salida e intentar aprender a desarrollar esta habilidad es el primer paso para lograrlo. Delegar no es dejar de hacer las funciones, es confiar en que trabajadores competentes pueden cooperar en el desarrollo de ellas.”

 

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