¿Tiene sentido el departamento de recursos humanos?

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La falta de popularidad de los departamentos de recursos humanos es un hecho bien conocido en el mundo de la empresa. Sin embargo, la crisis económica ha intensificado el debate en torno a la utilidad de esta función y están surgiendo algunas propuestas que merece la pena discutir.

Entre ellas destaco la que se publicó recientemente en el blog de Harvard Business Review, llamada “Es tiempo de dividir RR.HH.” .

Consiste en eliminar el área como tal y crear dos “líneas”: una centrada en compensación y beneficios, que dependería de la dirección financiera, y otra en desarrollo de capacidades, liderada por directivos de línea con alto potencial que reportarían directamente al CEO.

Percepción

La propuesta parte de supuestos previos bastante cuestionables. Para empezar, el propio autor señala que el director financiero “debería contemplar la compensación como un imán de talento y no como un costo mayor”.

Aquí ya vamos mal. Se supone que el director de recursos humanos debería desaparecer porque no entiende el negocio; sin embargo, parece que el financiero puede desarrollar una sensibilidad por las personas de la que carece por su formación, profesión e intereses. Al fin y al cabo, las organizaciones funcionan a base de resolver, con más o menos éxito, las tensiones entre las diferentes funciones, que compiten por recursos teniendo el negocio como referencia última.

La “batalla” entre la relevancia de las personas y la de las finanzas siempre va a existir, y tenemos claro quién suele llevar las de ganar en la mayor parte de las empresas.

Pero, al menos, se mantiene la tensión, hay alguien con peso jerárquico que recuerda la contribución al negocio de las personas.

Por otra parte, la propuesta no diferencia entre la función organizativa y las personas que la desempeñan. Eliminar la función de recursos humanos equivale a gestionar a los empleados como un mal necesario, por tanto con criterios de contención y mínimos. Mantener la función significa reconocer formalmente el valor que este recurso aporta y la necesidad de invertir en su crecimiento. Esta es la primera cuestión que debería plantearse el CEO: ¿las personas son un coste o un capital para la firma?

Pero ¿y si realmente se cree que los empleados son un recurso valioso? Entonces el CEO debería pensar en el departamento más prestigioso en la empresa y analizar cómo lo gestiona: el tiempo que le dedica, la cuidada selección que hace de sus directivos y seguir el ejemplo de esa área.

 

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