Slow Down: optimización de tiempos y energías para lograr mejores resultados en la empresa

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Cómo ser más productivo y eficiente sin cansancio, y ganar más con menos esfuerzo.  Claves, sugerencias y recomendaciones.

Según un informe de la revista Business Week referenciado por el portal costarricense elEmpleo.com, los operarios franceses, aún trabajando 35 horas por semana en vez de 48, son más productivos que sus colegas estadounidenses o británicos. La publicación agrega asimismo que los empleados alemanes, que en casos han reducido la semana laboral a 29 horas, aumentaron su productividad un 20 por ciento.

Otro ejemplo, puede verse en Suecia, donde la cultura slow down ha sido adoptada transversalmente en ámbitos sociales y laborales (la jornada laboral semanal tiene solo 32 horas). Mientras que empresas como PricewaterhouseCoopers y Yahoo, están obligando a sus trabajadores a tomar las vacaciones legales. Una medida acorde a los tiempos que corren, en los que por sentirse indispensables, no confiar en sus subordinados o temor a perder su puesto laboral, los ejecutivos tienden a relegar el descanso y su vida personal y familiar.

Los problemas de auto administración de tiempos y energías, la imposibilidad de lograr un estado de relajación adecuado, la incapacidad para poder desconectar en el momento oportuno, la adicción al trabajo, el estrés laboral, y la ausencia de una visión reflexiva entre los recursos humanos de las organizaciones; están asociados a la reducción de resultados, la disminución de calidad en la provisión de productos y servicios, pérdidas de tiempo y esfuerzos en tareas no relevantes, falta de focalización en objetivos, mayores índices de accidentes laborales, ausentismo y rotación de personal, entre otras circunstancias que comprometen la estabilidad de una compañía. Como consecuencia de estas situaciones que suelen reiterarse a nivel corporativo en la actualidad, disminuye el rendimiento de las empresas y trabajadores, sin distinción de empleo ni cargo jerárquico.

“Para trabajar este tipo de contextos y ayudar a solucionarlos o prevenirlos, la técnica del Slow Down tiene como objetivo dar herramientas a los empleados para aprender a controlar la ansiedad, la inseguridad y el estrés, independientemente de las habilidades específicas para su función y la labor encomendada”, explica Jordi Domènech, director de Jordax Aprendizaje (www.jordax.com.ar), una empresa líder en innovación para la capacitación y el desarrollo profesional, que ofrece consultorías y actividades slow down de diseño, entre sus servicios.

“La aplicación de estas prácticas contempla instrumentos que influyen directamente en la forma de relacionarse con estas situaciones, generando nuevos hábitos que pueden ser incluidos en todos los aspectos de la vida. Son técnicas que generan energía y concentración proveyendo un mecanismo natural de regulación y alivio de la tensión psicofísica acumulada en los sucesos de la vida laboral cotidiana”, profundiza el especialista.

Para Domènech, abordar correctamente este tipo de problemáticas y poder prevenirlas o corregirlas antes de que sus consecuencias tengan un fuerte impacto negativo en la empresa y sus recursos humanos, resulta fundamental identificar dentro de cada organización aquellas circunstancias donde el trabajador está expuesto a situaciones que lo pueden llevar a involucrarse en este tipo de escenarios; como un ambiente laboral inadecuado, sobrecarga de trabajo, falta de objetivos claros en la compañía, condiciones laborales inadecuadas, poca claridad en la asignación de tareas, delegación de responsabilidades y decisiones de importancia sin la preparación o capacitación suficiente, entre otras.

“Establecido el foco del problema y realizado un diagnóstico inicial, se determinan las técnicas a implementarse para evitar o corregir estos escenarios, tanto en lo corporativo como en lo personal”, expresa el director de Jordax Aprendizaje.

El slow down apuesta a crear entornos laborales menos represivos y más distendidos, fomentando la colaboración y el trabajo en equipo, para lograr mayor eficiencia, motivación e implicación de los empleados en la cultura corporativa. Como señala la especialista española Laura Fernández Aranda, la clave está en adoptar para la organización una cultura activa y al ritmo adecuado, teniendo siempre presente que lo importante es trabajar para vivir y no vivir para trabajar. En sintonía con este pensamiento, el director de ILVEM, Horacio Krell, advierte que vivir a mil desconecta los sentidos de la conciencia: la tensión mata, la creatividad muere. “Esto no implica producir menos sino mejor”, aclara. Al tiempo que la socia fundadora de la chilena Humanitas Executive Search, Alejandra Aranda, puntualiza desde su columna de opinión en AmericaEconomia.com que el slow down o downshifting pregona la recuperación de la motivación por el trabajo, proscribiendo la idea de que se está forzado a trabajar, y favoreciendo la recuperación de una sensación de libertad que se pierde cuando un empleado, sin importar su rango en el escalafón de una empresa, permanece vinculado a las actividades laborales durante todo el día.

La tendencia es clara. A nivel mundial, cada vez son más las empresas y personas que están adoptando el concepto de slow down, bajo la premisa de lograr excelentes actuaciones, pero con calma, atendiendo a todos los detalles, focalizando adecuadamente en los objetivos, y dejando a un lado la tensión y el estrés, que tantos problemas psicológicos y físicos causa a la población actual. Los resultados que pueden observarse son una mayor calidad de vida corporativa y personal, aumentos en la productividad, y mejoras de calidad y perfección en el trabajo realizado.

“La Organización Mundial de la Salud plantea que a pesar de no ser posible una receta específica que prevenga este tipo de circunstancias, sí es factible ofrecer guías o lineamientos para la prevención del estrés en las organizaciones”, apunta Jordi Domènech. “Por otra parte, y en forma recurrente, la Organización Internacional del Trabajo viene manifestando su preocupación por el recrudecimiento de los trastornos psicosociales vinculados a las nuevas situaciones de estrés y presión laborales en la economía mundial”, subraya el experto.

“Tomar las medidas adecuadas en el momento oportuno resulta central para mantener a los trabajadores motivados, que se sientan seguros en sus puestos de trabajo, satisfechos y perciban que tienen el control sobre sus acciones. Desde Jordax Aprendizaje (www.jordax.com.ar) apoyamos a las organizaciones en estos aspectos, para ayudarlas a través de la metodología slow down a cumplir con sus objetivos corporativos, potenciando las capacidades de sus trabajadores en el mejor entorno posible”, destaca Domènech.

En tanto, la directora de Yoga Crecer (www.yogaparacrecer.com.ar), Eugenia Danegger, considera que mantener una actitud relajada: aumenta la atención, disminuye los márgenes de error, e incrementa la concentración y dedicación por más tiempo a actividades específicas. “El slow down contempla técnicas que mejoran las aptitudes físicas a través de la disminución de malos hábitos posturales y el aumento de la capacidad pulmonar con ejercicios simples de respiración, que ayudan al aquietamiento mental y optimizan la capacidad inmunológica. Se ha observado que introduciendo pequeños y simples descansos, y generando un espacio de cuidado y atención, se disminuye la rotación del personal, el ausentismo y los accidentes laborales, lo que se refleja positivamente en la actividad de la empresa. El empleado se siente más motivado y aumenta la autoestima, lo que genera una actitud proactiva, creativa y de mayor satisfacción, al encontrar en sí mismos herramientas para enfrentar distintas situaciones”, enfatiza la profesora de Yoga.

En este sentido, Jordi Domènech agrega que “la habilidad para relajarse profundamente en forma autónoma, en cualquier ámbito o postura, para producir procesos de calma mental o concentración, según lo requiera su actividad personal; motiva a la persona a desarrollar una metódica disciplina de práctica permanente y habitual, que le permite liberar rápidamente la tensión. La ausencia de tensión psicoemocional conduce a la serenidad; y esta, a la incorporación de puntos de vista más reflexivos sobre los problemas cotidianos”, asegura el director de Jordax Aprendizaje.

 

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