El tema de las pensiones preocupa a muchos ciudadanos en América Latina, y es que el 64 % indica que es el primer problema donde el Gobierno debería de poner mayores esfuerzos, según un estudio nacional de opinión pública.
Respecto al tema, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un reciente seminario internacional sobre pensiones sugirió algunos puntos que deben ser prioritarios para el diálogo sobre el tema provisional.
- Ampliación de la cobertura ocupacional. Afiliación y cumplimiento de cotizaciones para trabajadores asalariados y trabajadores atípicos (cuentas propias, part-time, rurales, temporales, plataformas, trabajo doméstico, etc.)
- Mezcla de financiamiento contributivo – no contributivo. Estrategia de ampliación del espacio fiscal para incrementar el financiamiento contributivo y no contributivo (rentas generales).
- Diseño del “modelo” de provisión de seguridad económica para la vejez. Separación clara de los componentes contributivos y no contributivos (aun cuando la prestación esté integrada con ambas prestaciones). Tendencia a mejorar las prestaciones con afectación de impuestos a la seguridad social (Argentina, Brasil, Uruguay) y a complementar las prestaciones contributivas con beneficios financiados con rentas generales (Chile).
- Adecuación y mantenimiento del valor real de las prestaciones. Tendencia a indexar prestaciones por inflación. En el mediano plazo puede generar inequidades intergeneracionales si los salarios reales aumentan sostenidamente en el tiempo.
- Edad de retiro y otros cambios paramétricos. Cambios paramétricos para mejorar la sostenibilidad deben considerarse en relación a los impactos y restricciones que tiene el mercado de trabajo y en un marco de diálogo social para garantizar legitimación social a las reformas.
- Gobernanza del sistema y participación de los actores sociales (trabajadores y empleadores). La sostenibilidad “social” del sistema está estrechamente relacionada a una buena gobernanza (directrices de la Asociación Internacional de Seguridad Social) y la adecuada participación de representantes sociales en distintas instancias de gobernanza (ejemplo, Banco de Previsión Social – Instituto de Seguridad Social de Uruguay, aunque no hay una única fórmula para establecer la participación social).
- Regímenes simplificados. Posible estrategia para incluir pequeños contribuyentes y trabajadores cuentapropistas, aunque con riesgos para la sostenibilidad futura y el desempeño de mediano y largo plazo de la productividad.
- Equidad de género. La nueva generación de reforma de pensiones requiere atender las inequidades de género del mercado de trabajo que se trasladan y, en algunos casos, amplifican en cuanto las condiciones de elegibilidad y suficiencia (tasas de reemplazo) de las prestaciones.
Al respecto, la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Sylvia Cáceres agradeció a la OIT y subrayó la importancia que reviste el mismo, ya que se busca generar un espacio de análisis sobre el desempeño y futuro del actual sistema de pensiones, así como una oportunidad para intercambiar propuestas en contraste con la experiencia comparada y las normas internacionales del Trabajo.
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