Los malos hábitos que te dejarán sin empleo

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Un mal desempeño, el incumplimiento de metas, el abandono laboral o las malas relaciones, son algunos de los motivos que por lo general, hacen perder el empleo. Sin embargo, por muy buen profesional que seas, también existen hábitos que pueden causar una pésima impresión de ti y acabar con tu trabajo.

Se entiende por malos hábitos en el trabajo, como aquellas conductas poco profesionales y que hablan muy mal de su calidad laboral. Mantener un comportamiento pesimista, ser poco productivo y hasta enviar un correo electrónico con faltas ortográficas, son prácticas inapropiadas dentro del trabajo que pueden afectar la imagen.

Si no quieres que tu permanencia en la empresa se vuelva incierta, a continuación te damos un listado de aquellos hábitos que debes evitar:

Comentarios inapropiados en las redes sociales: Hace un par de años, un funcionario de un programa de desarrollo social del gobierno mexicano, fue destituido de su cargo tras publicar en su cuenta de Facebook comentarios discriminatorios de un grupo de indígenas.

Cuando entras al mundo laboral, es sumamente importante que cuides el tipo de información que subes a tus cuentas. Aunque los contenidos que publiques sólo puedan ser vistos por tus contactos, no puedes controlar la privacidad de tus amigos, y esto hace que seas visible para mucha gente.

Mentir: una de las peores formas y la más vergonzosa de perder un empleo, es que te pillen en una mentira. Esto habla muy mal de la integridad de las personas, aunque sea algo menor, demuestra traición y deslealtad. Quién carezca del valor de la honestidad, no es una persona de fiar y no merece conservar su empleo.

Utilizar reiteradamente el celular: Usar el celular no tan sólo para hablar por teléfono, sino que para chatear, ver las redes sociales, etc., es un distractor que disminuye la productividad y te impide hacer tus tareas eficientemente. Aunque creas que nadie te ve haciéndolo, esto es evidente para todos aquellos con quienes trabajas. 

Negatividad: si bien todos en algún momento nos hemos quejado de alguna situación, si haces de ello una práctica diaria, lo más seguro es que tus compañeros y jefe terminen por cansarse de tu actitud. Un empleado que mantenga este comportamiento, puede contaminar su entorno. Por lo demás, en las empresas se necesitan personas optimistas, con ideas y con capacidad de resolución de conflicto, la negatividad impide el buen desempeño.

Falta de modales: debes tener presente 4 hábitos básicos en todo lugar donde vayas: saludar, pedir por favor, dar las gracias y despedirte. Omitir alguno de éstos, puede dar la impresión de que eres una persona mal educada y grosera.

Impuntualidad: si constantemente llegas tarde y si sueles alargar el tiempo de descanso, demuestras escaso compromiso con tus labores, con tu jefe y con tu equipo de trabajo.

Perder el control: por muy estresado que te sientas o por muy mal que te lleves con algún compañero, no permitas perder el control. La inteligencia emocional es un aspecto muy importante en las empresas, porque de ella depende la credibilidad que mantengas como profesional. De lo contrario, te hará ver como una persona inmadura y agresiva. Ante una situación conflictiva respira profundo y cuenta hasta 10, esto te ayudará a mantener la compostura.

Malos hábitos de lenguaje corporal: si tienes la costumbre de hurgarte la nariz, de bostezar sin taparte la boca, evitar el contacto visual al hablar con alguien o no dar un apretón de manos cuando saludas a tus compañeros, esto puede tener un impacto negativo en tu perfil profesional, ya que estas actitudes denotan una persona con falta de modales e insegura.

Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú, señala que “cada empresa posee una cultura con características y hábitos diferentes, por eso, serán llamados malos hábitos aquellas conductas que no sean aceptadas dentro de la organización”.

“Comer un snack o hasta almorzar en el escritorio puede ser aceptado en algunas empresas, sin embargo, en algunas organizaciones esto es inaceptable, por eso, debes ser capaz de entender y adaptarte a la cultura organizacional de cada empresa”, agrega Velarde.

 

 

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