Los empleados que sienten amor se desempeñan mejor

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“Amor” no es una palabra que se oiga frecuentemente en los pasillos de las oficinas ni en las salas de conferencias. Y aún así, tiene una fuerte influencia sobre los resultados en el trabajo. Entre más amor sienten los compañeros de trabajo en su espacio, más se involucran (estamos hablando de “amor de compañerismo”, que es mucho menos intenso que el amor romántico. El amor de compañerismo se basa en calidez, afecto y conexión, en lugar de pasión).

Tal vez no sorprenda que los que perciben mayor afecto y bondad de sus colegas se desempeñen mejor, pero pocos gerentes se enfocan en formar una cultura emocional. Ese es un error.

En nuestro estudio longitudinal “What’s Love Got to Do With It?: The Influence of a Culture of Companionate Love in the Long-term Care Setting”, encuestamos a 185 empleados, 108 pacientes y 42 familiares de pacientes, en un hospital no lucrativo y centro de servicio médico de largo plazo situado en el noreste de Estados Unidos.

Lo que descubrimos demuestra qué tan importante es la cultura emocional en lo que respecta a bienestar y desempeño de los empleados y los clientes Los empleados que sintieron trabajar en una cultura cariñosa y bondadosa informaron niveles más altos de satisfacción y trabajo en equipo.

Aunque este estudio se realizó en un ambiente de servicio de largo plazo (lo que muchos podrían considerar como sesgado hacia lo “sentimental”), estos descubrimientos se sostienen entre industrias (ver en corto).

Entonces, ¿cómo pueden  hacer los gerentes para formar una cultura de amor de compañerismo? Sugerimos que hagan al menos tres cosas: Ampliar su definición de cultura, es decir, en lugar de enfocarse en la “cultura cognitiva” (en valores como trabajo en equipo, orientación a resultados o innovación), pudieran pensar en cómo pueden cultivar y enriquecer también la cultura sentimental.

Poner atención a las emociones que expresan a los empleados cada día. Su humor crea un anteproyecto cultural para el grupo.

Considerar cómo las políticas  y prácticas de sus compañías pueden fomentar mayor afecto, bondad, entre los trabajadores.

Sin embargo, lo más importante son los pequeños momentos entre los compañeros de trabajo (una sonrisa cálida, una nota amable) días tras día, mes tras mes, que ayudan a crear y conservar una fuerte cultura de amor de compañerismo, y de la satisfacción del empleado, productividad y satisfacción del cliente que la acompaña.

 

 

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