Todos hemos leído en muchas ofertas de trabajo que uno de los requisitos se encontraba el “trabajo a presión” como una competencia necesaria. Pero, en la practicas ¿es este tipo de trabajo una habilidad sana?.
En la actualidad, éste es un requisito cada vez más exigido. Los niveles de presión son superiores a lo que era hace unos años atrás. En un mercado tan competitivo, el nivel de exigencia de las empresas es cada vez mayor, y esto significa recargar a los trabajadores con más trabajo y que lo cumplan en menor tiempo.
Pero esto también ha generado aumento de estándares de calidad, lo que obliga a utilizar procedimientos y controles que anteriormente no existían. La polifuncionalidad también es una de las razones por las que el trabajo bajo presión sea una competencia tan requerida. Las empresas tratan de ahorrar en personal, entregándole a una persona, responsabilidades de dos o más.
Pero, volvamos a hacernos la pregunta ¿Es sano o no? Si no estás acostumbrado a trabajar bajo altas exigencias, lo más probable es que termines en un desequilibrio físico y emocional, conocido como estrés laboral.
En este sentido, los expertos opinan que inicialmente el estrés puede optimizar la actividad del individuo y por ende aumentar su productividad, sin embargo, si la persona no sabe manejar estas situaciones, finalmente aumentará el cansancio y disminuirá el rendimiento.
Manejar efectivamente la presión en el trabajo tiene que ver con otras condiciones individuales que nos ayudan a lidiar con el estrés. Ten en cuenta los siguientes puntos:
- La salud es primordial
- Sé puntual y planifícate desde que te levantas
- Dormir por lo menos 7 horas diaria
- Realizar deporte
- Tomar vacaciones
- Desconéctate de la oficina
