El trabajo desde casa gana adeptos en EE.UU.

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Después de adquirir la aseguradora de salud U.S. Healthcare Inc. en 1996, Aetna Inc. temió que el cierre de varias oficinas provocara la pérdida de valiosos recursos humanos. Para evitarlo, dejó que algunos empleados trabajaran desde sus hogares. Diez años después, sin embargo, apenas 9% del personal del gigante estadounidense de seguros laboraba a tiempo completo desde sus domicilios.

 
A mediados de la década pasada, la empresa empezó a considerar el trabajo desde casa como algo más que un favor para los empleados. "Hubo un momento en que nos dimos cuenta de que había una oportunidad para reducir costos, sobre todo en el área de bienes raíces", señala Elease Wright, subdirectora senior de recursos humanos y que trabaja en la sede central de Aetna, en el estado de Connecticut.
 
Hoy en día, 47% de los 35.000 empleados de la aseguradora trabaja desde casa. No se trata de revisar el correo electrónico después de la cena o no ir a la oficina los viernes, sino de trabajar todos los días, sin un escritorio, cubículo ni computadora en otro lugar.
 
Dan DeLucia, vicepresidente del área de Aetna que negocia acuerdos con médicos y hospitales, ha trabajado desde su hogar en Nueva York durante nueve años. "Al principio tenía mis dudas", confiesa. "Me preocupaba cómo iba a desempeñarme a distancia. No había mensajería instantánea ni capacidades de video con las velocidades actuales", señala.
 
"Muy pronto me di cuenta de que hablaba más y me comunicaba más… que cuando conversaba cara a cara en la oficina", añadió DeLucia.
 
Muchas empresas estadounidenses promueven el trabajo a distancia. Cerca de 20% de los empleados de Cigna Corp., otra compañía de seguros, trabaja desde su domicilio. Alrededor de 9,4 millones de estadounidenses, 6,6% de la fuerza laboral, trabajó exclusivamente desde casa como su empleo principal en 2010, según una encuesta de la Oficina del Censo sobre Ingresos y Participación en Programas, un alza frente al 4,8% de 1997.
 
No obstante, ninguna empresa ha ido tan lejos en este sentido como Aetna. Su campaña para trasladar a sus empleados desde las oficinas a sus casas refleja el esfuerzo de las grandes compañías estadounidenses del sector de servicios para reducir costos, así como el efecto que las comunicaciones baratas, confiables y rápidas, particularmente Internet, tienen sobre la economía.
 
La oportunidad de trabajar desde casa es más frecuente en puestos que dependen de una computadora, un teléfono y una conexión a Internet. Los empleados de Aetna deben tener un espacio silencioso, lejos de los ladridos de los perros y los llantos de los niños. La compañía paga por muebles de oficina, en caso de ser necesarios, como un gabinete con llave para guardar archivos y una trituradora de papeles, además de una computadora, servicio de teléfono e Internet.
 
"Convertí uno de los dormitorios en una oficina con un calefactor, para no tener que encender la calefacción en el resto de la casa", relata Susan ODonnell, una enfermera que vive en Northfield, Connecticut. Pasó de trabajar en un hospital a convertirse en gestora de casos de Aetna hace 12 años, algo que hace desde su hogar desde hace siete años. Valora la flexibilidad, haber terminado con un trayecto hasta la oficina que a veces resultaba frustrante y el tiempo que pasa con su familia.
 
La empresa, por su parte, ahorra dinero. Aetna estima que los costos de bienes raíces y aspectos relacionados son entre 15% y 25% más bajos que si los empleados trabajaron desde sus oficinas, lo que representa un ahorro anual cercano a los US$80 millones. Trabajar desde el hogar redujo el espacio de oficinas total de Aetna en 250.000 metros cuadrados, estima la empresa.
 
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