El salario emocional siempre ha existido

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Hoy en día, los trabajadores no solo buscan una remuneración en dinero sino una combinación de beneficios que cubran todos sus intereses.

Los seres humanos son seres integrales y poseen características o dimensiones de orden biológico, sicológico, social y espiritual. De hecho, aunque las personas tienen las mismas necesidades básicas existen otras que se manifiestan de forma diferente como la seguridad, la protección y lo relacionado con los campos social, intelectual y emocional.

Por tanto, cuando se habla de esta última área, es posible observar que siempre ha existido lo que hoy se conoce como ‘salario’ emocional. Pese a que la mayoría de la gente trabaja para obtener un ingreso monetario que cubra sus necesidades elementales, el trabajo también es una parte esencial de la vida en la que se busca filiación a un grupo y reconocimiento, entre otros aspectos asociados directamente a las emociones.

"Hasta hace más de dos décadas, Ayman Sawaf, empresario internacional, CEO y autor de best seller, inició estudios sobre los conocimientos emocionales aplicados a la empresa y es así como el denominado ‘salario’ emocional se convirtió en una herramienta de gestión organizacional relacionada con el talento humano, orientada a reconocer los logros de los empleados y satisfacer necesidades de tipo personal, dándole una connotación importante a los intereses familiares y profesionales", asegura Adriana Clavijo, socia consultora de Metaconsulting.

Para la experta, esta gestión se realiza a través de múltiples opciones y se constituye en un elemento fundamental para atraer, retener y motivar al talento en una compañía.

Un trabajo conjunto

Trabajar en la motivación de los empleados es un tema que resulta bastante complejo, porque cada persona tiene factores individuales asociados a su personalidad. Por tanto, para la compañía resultaría imposible generar aspectos o beneficios que le lleguen a todos y cada uno de sus colaboradores.

No obstante, sí existen aspectos fundamentales con los que las empresas se comprometen para propiciar la motivación de su gente. Según Ricardo Zambrano, socio consultor de Metaconsulting, pueden destacarse:

  • Respeto a la persona en cuanto a sus creencias y valores.
  • Remuneración de manera justa y acorde con su trabajo garantizando.
  • Equidad en cargos similares.
  • Competitividad frente a la demanda del mercado.
  • Desarrollo profesional y personal.
  • Espacio, herramientas y ambiente adecuado para el desarrollo de sus labores contratadas.

Alternativas de beneficios con una serie de opciones que el empleado puede elegir, según sus necesidades personales. "Las organizaciones tradicionalmente, en mayor o menor grado, han ofrecido estas condiciones a sus empleados. Hemos escuchado historias de empresas en Colombia que vincularon a alguien como mensajero y llegó a ser presidente. Sin embargo, para lograrlo, seguramente la compañía le proporcionó los elementos necesarios, lo remuneró adecuadamente, respetó su desarrollo personal y, sobre todo, lo involucró en un plan de carrera, así no fuera de manera formal", añade Zambrano.

La suma de estos componentes es lo que permite decir que históricamente el ‘salario’ emocional siempre ha existido. No obstante, hoy en día, quizá por la competitividad lo único que hace falta es un acompañamiento en la empresa para poner todos los aspectos en orden y promocionarlos adecuadamente al interior de la organización.

 

 

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