Diez cosas que deberías hacer al comienzo de cada jornada laboral

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Llegar puntual, dedicar una sonrisa a los compañeros y responder primero a lo urgente son algunas de las claves

Las primeras horas, e incluso los primeros minutos, de cada jornada pueden tener un efecto significativo en la productividad durante las siguientes ocho horas, en ocasiones más. Por eso es importante prestar atención a las primeras acciones cuando uno llega al trabajo, y con la ayuda de diversos expertos en motivación, la revista Forbes ha elaborado un lista de recomendaciones para el inicio de la jornada y así ser mejores en nuestro trabajo.

  1. Llega puntual. Puede parecer obvio, pero los que no lo hacen no se dan cuenta de que, además de dar una mala impresión a los demás, se la dan a si mismos. Llegar a tiempo o incluso antes predispone ante una actitud de cumplimiento de objetivos.
     
  2. Respira profundamente. Antes de empezar a trabajar, siéntate en tu puesto, coge aire, inspira y expira con calma, concentrándote en las tareas que tienes previstas para ese día. Una buena respiración es imprescindible para un buen desempeño.
     
  3. Repasa las tareas pendientes. La primera tarea que tienes que hacer es revisar las tareas que tienes pendientes, y ver cómo vas a organizarlas a lo largo del día. Es posible que luego los imprevistos echen por los aires la planificación, pero es necesaria de antemano para ser más productivos.
     
  4. Organiza tu escritorio. No se trata de que nada más llegar te pongas a ordenar, pero si de que haya cierta organización en tu mesa, que no te distraiga de las tareas que te has propuesto para hoy. A menudo el día antes nos vamos deprisa y corriendo, por lo que es beneficioso empezar el día reordenando el espacio.
     
  5. Controla tu mal humor. A muchas personas les cuesta levantarse, y lo hacen de mal humor, pero es importante llegar a la oficina con una actitud positiva. Si eres de los que se les pegan las sábanas, busca una motivación: un buen café, un buen programa de radio, un mensaje a tus amigos, cualquier cosa que te ayude a cambiar ese chip.
     
  6. Sé amable. No basta con no estar de mal humor, sino que es necesario conectar con el resto del equipo cuando llegas a la oficina. Pregunta qué tal están, comenta el programa de televisión de ayer o simplemente dedícales una sonrisa, pero encuentra la manera de generar un impacto positivo en la gente con la que vas a pasar las próximas horas.
     
  7. Detecta si hay cuestiones urgentes. Abrir el correo electrónico y no perder el tiempo es una ardua tarea. Aprende a echar un vistazo rápido a los nuevos e-mails de la bandeja de entrada y detecta cuales son los que necesitan una respuesta rápida y deja para más tarde los que no la necesitan o te van a llevar más tiempo. Elimina o almacena los que no necesiten respuesta. 
     
  8. Atiende también al teléfono. Aunque parece que el correo electrónico se lleva toda la atención, aun hay quien llama por teléfono, o quién utiliza la mensajería instantánea de los móviles. Revisa si alguien te ha contactado por uno de estos canales y si requiere una respuesta inmediata. 
     
  9. Aprovecha la claridad de tu cabeza. Aunque a algunos les cueste arrancar, los expertos coinciden en que por la mañana es cuando tenemos la mente más despejada y por lo tanto tenemos más capacidad para afrontar proyectos complicados. Aprovecha este hecho y aborda durante la mañana las cuestiones más difíciles. 
     
  10. Planea un break a media mañana. Seguro que todo será más fácil si trabajas con un descanso en el horizonte, aunque sean cinco minutos en la máquina de café. Establece el horario y la naturaleza de ese break y no pares hasta esa hora. ¡Cuántas cosas se pueden hacer en las primeras horas!

 

 

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