Descubre cómo se debe realizar una propuesta de valor durante una entrevista de trabajo.

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Acudir a una entrevista de trabajo. Contestar a una serie de preguntas. Tensa espera. “¿Habré tenido éxito?, ¿en qué he fallado?” te preguntas nervioso. Suena el teléfono: “¡quién es!”

¿Te suena esta cadena de acontecimientos? Se trata de la clásica secuencia que viven los candidatos y buscadores de empleo. Los expertos de recursos humanos afirman que hay que tener en cuenta una serie de pautas si se quiere tener éxito, como vigilar el lenguaje corporal, la vestimenta, responder adecuadamente a las preguntas clave…pero ¿qué sucede cuando llega el momento y es el entrevistado quién puede tomar el turno de la palabra?

En la era del personal branding y de las redes sociales, todo momento es bueno si lo que se pretende es destacar y hacer valer una candidatura sobre otra. Por este motivo, tal vez no sea mala táctica el elaborar una propuesta de valor que pueda “seducir” al reclutador. He aquí algunos consejos para presentarla:

  • Procura ir suficientemente preparado: improvisar supone un riesgo demasiado elevado y hoy en día, además, evitable. Recopila datos de la empresa en Internet, analiza su actividad en las redes sociales, los comentarios de los usuarios al respecto…si vas a proponer algo, mejor que esté fundamentado.
     
  • Sé humilde: es cierto que resulta pertinente estudiar la actividad de la empresa, identificar cuáles son sus debilidades potenciales (si es que las hubiera) y plantear las soluciones al respecto, pero hazlo desde la sinceridad y la llaneza. Un exceso de confianza puede restarte puntos de cara a obtener el puesto de trabajo.
     
  • Sé breve: la mera verborrea dialéctica solo servirá para confundir a tu interlocutor. Al estilo de los elevator pitch, tienes poco tiempo para trasladar la idea que pretendes, y menos aún para captar la atención de la persona que tienes enfrente.
     
  • Sé apasionado: que se note el entusiasmo por participar en esa nueva andadura profesional debe ser el objetivo a cumplir durante todas tus intervenciones. Si tu propuesta es vaga y supone una digresión incomprensible para la persona que te está entrevistando, mejor no te lances. Siempre es más recomendable ser natural que artificioso.
     
  • No eres solo tú: una entrevista de trabajo no es una conversación unidireccional. No cometas el error de pensar que has sido el único en tener la misma idea, recuerda que tu actitud y voluntad por destacar también pueden haberla puesto en práctica el resto de candidatos, quién sabe con qué resultado. Si a lo largo de tu argumentación el entrevistador tiene a bien realizar una pregunta sobre un aspecto u otro, muéstrate cortés, comprensivo y trata de responder con la máxima concisión posible.

Y tú, ¿qué consejos darías para realizar tu propuesta de valor durante un proceso de selección?

 

 

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