¿Cómo será nuestro trabajo en 2053?

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Fígaro recoge las predicciones de varios expertos en la organización del trabajo para dentro de medio siglo

¿Cómo nos organizaremos para nuestros días laborables de aquí a 50 años? Esta pregunta la ha hecho el diario francés Fígaro a distintos expertos en organización en el trabajo, y coinciden en cuestiones como que la jubilación habrá desaparecido como tal, y que la jerarquía en las empresas se habrá aplanado. He aquí algunas posibles tendencias para dentro de medio siglo.

Trabajaremos más tiempo, pero en períodos más cortos. En 2053, los expertos coinciden en que estaremos trabajando más tiempo, pero en períodos más cortos. Esto responde en parte a la prolongación de la esperanza de vida, que nos augura también alargar la etapa de la vida en que uno está activo laboralmente. Sin embargo, hará frente a su trabajo en plazos de tiempo más cortos.

Se desvanecerá el concepto de retiro. El concepto de "jubilación" será completamente obsoleto. Concretamente los sindicatos coindicen en que la jubilación cubre una idea de retirada incluso de la vida social que ya hoy en día se está difuminando, puesto que muchos profesionales siguen haciendo colaboraciones a pesar de estar oficialmente jubilados.

Los robots tomarán el control de los oficios manuales. En este aspecto se han centrado históricamente las predicciones acerca de los cambios futuros en la vida laboral. Parece que una década, los robots serán capaces de reproducir con bastante fidelidad hasta los gestos de los humanos. De momento, ya hay muchas patentes de robots autónomos haciendo tareas concretas de oficios manuales.

La oficina física habrá desaparecido. El concepto de co-working, para referirse a zonas abiertas en las que la gente trabaja de forma autónoma, se ha puesto de moda recientemente y parece seguirá en alza. Las ventajas del teletrabajo son cada vez más aceptadas y parece que aunque se mantendrá un sitio corporativo, será mucho más reducido y la gente solo irá allí cuando sea imprescindible.

Se tendrá en cuenta la opinión de todos los miembros. En contra del modelo de un liderazgo claro, aunque haya quién destaque, se tendrá en cuenta la opinión de todos los miembros implicados en un proyecto. Esto se extiende a que los organismos jerárquicos en las empresas se aplanaran de forma generalizada. 

Las acciones alternativas se convertirán en la norma. Ya no existirá el modelo de carrera en que uno se forma específicamente para un propósito y lo desempeña durante toda su vida profesional. De hecho, lo habitual será ir saltando de funciones para tener un conocimiento generalizado del sector, algo que ya se está empezando a hacer en programas formativos de grandes multinacionales. 

Se desarrollará la tecnología de la monitorización. Ese concepto tan abierto de colaborador podría llevar a la empresa a plantearse que no puede acertar con precisión quién está haciendo más o menos por la compañía. Por eso algunos expertos ven muy factible que se desarrolle la tecnología al servicio de la vigilancia del desempeño laboral, como por ejemplo, la instalación de chip en los propios operadores.

 

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