La tasa de crecimiento de la curva de productividad se ha revertido. Según Alejandra D’Agostino, socia líder de Capital Humano de Deloitte, hemos regresado al nivel que se tenía en la década de los 70.
Lo curioso es que la curva de tecnología no deja de avanzar velozmente; y, en teoría, la misma tecnología debería acelerar la producción.
“Estamos conectados 24/7 a grupos y chats sobre el trabajo y también que no tienen que ver con el trabajo, lo cual nos tiene distraídos”, señaló la experta. Esta tendencia distractora y con baja productividad se vuelve mucho más contradictoria cuando se contrasta con el último estudio de Capital Humano de Deloitte.
La principal tendencia que destaca D’Agostino del informe tiene que ver con el liderazgo. Específicamente orientados a millennials y es que la juventud está pronta a tomar el mando de las grandes organizaciones de la mano con un boom tecnológico evidente.
“De todas las empresas que estaban en el Fortune 500, en 1955, solo sobreviven el 12%”, advirtió la experta. Y añadió que en el último año, desaparecieron el 26% de los sobrevivientes.
La razón es sencilla de esto es que no se adaptaron a los cambios. Una de las vértices más resaltantes de estos cambios es la inteligencia artificial. Y si bien su incorporación a los procesos de producción es inminente, y hasta ya se habla de una cuarta revolución industrial, las compañías no parecen muy preocupadas por el tema.
De hecho el 60% de las empresas no le toman importancia a la inteligencia artificial, uno de los pilares que Deloitte recoge para la gestión de recursos humanos.
Y las razones, según la experta, son esas mismas. Los empresarios suelen observar los otros pilares como más importantes.
“Hay que trabajar un poco en la sensibilización de estos temas (tecnología). Hay que difundirlo”, finalizó D’Agostino.
