Aprende a detectar a un mal jefe

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Ser un buen líder no es tarea fácil, ya que algunas actitudes pueden llevarte a la grandeza, pero otras pueden hacerte ver como un jefe absolutamente terrible.

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Si alguna vez has estado bajo el régimen de un tirano sabrás que es muy complicado trabajar con ellos, aunque no se den cuenta de sus acciones. El portal Business Insider enlista algunas actitudes que se deben tomar en cuenta para cambiar y convertirse en un buen jefe:

No confía en los empleados
Los jefes terribles son aquellos que creen poder hacerlo todo y no delegan responsabilidades a sus trabajadores. Para ellos es muy difícil hacer algo productivo cuando los líderes se la pasan interviniendo en sus actividades y en realidad no es necesario.

Si los empleados sienten que se confía en ellos, son mucho más propensos a ofrecer nuevas ideas, tomar riesgos y crecer en su puesto. Es necesario confiar en ellos y las cosas funcionarán mejor.

No respeta los límites personales de los demás
Hay muchas maneras en que este hábito puede presentarse, desde llamar a un empleado a todas horas del día o hacer que esta persona gaste más tiempo y energía de lo que realmente es necesario.

Los jefes son los que empujan los límites emocionales de sus empleados, ya que pueden hacerlos sentir incómodos. Esto no es algo que se pueda solucionar con un artículo, pero ayuda a buscarle el frente a los problemas.

Falta de comunicación
Cuando un jefe no se comunica con claridad, puede crear un estado de confusión donde los empleados llegan a perder el tiempo en actividades que no son necesarias de realizar. En el otro extremo están los que sólo ladran órdenes al equipo de trabajo.

Mediante la creación de un entorno cómodo y con comunicación abierta, será demasiado efectivo tener un ambiente de oficina más saludable y divertido. Hay muchas ventajas de fomentar un ambiente de esta manera, pues existe más satisfacción entre los empleados y menos estrés.

Incapacidad para felicitar
Muchos jefes no ven los excelentes beneficios de felicitar a un equipo de trabajo. Un auténtico “gracias” o tomar unos minutos para reconocer al empleado que ha trabajado duro, crea más confianza y rendimiento, así como relaciones profesionales.

 

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