“Las empresas serían más competitivas si los jefes mandaran mejor”

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Con la reciente publicación de su libro “Cómo mandar bien”, Manolo Alcázar, Director de la Maestría en Gobierno de Organizaciones del PAD, nos comentó aspectos importantes que debe tener todo jefe para mantener una buena relación laboral con sus colaboradores, permitiendo una efectiva productividad en su organización.

MANOLO

1.- Uno de los principales motivos de las renuncias de los empleados hoy en día es por la mala relación que tienen con sus jefes ¿Cuál es la diferencia entre un jefe y líder de equipo?

Si estos colaboradores logran irse es una suerte porque quiere decir que encontraron mejores alternativas, y eso es un motivo de alegría. Es cierto que muchas veces los empleados se van por culpa del jefe.

Para todos nosotros, la organización en la que trabajamos se ve personificada en la figura del superior, si mi superior es insoportable, aunque nuestra empresa sea fantástica se hace complicado laborar; por eso la actitud del jefe es muy importante. De este modo, coincido en que el jefe tiene mucho que ver con que los empleados estén a gusto y sean productivos, y viceversa.

Entonces, ¿qué distingue a un buen jefe de un mal jefe? Un buen jefe tiene aprecio y cariño por su gente, además les tiene respeto e importa su bien, no tanto como sus hijos porque está claro que los empleados tampoco buscan eso, pero sí que los tengan en cuenta.

En segundo lugar, es necesario que el jefe aplique una lógica del buen mando, porque a veces los jefes son como el Rey Midas, y esto es una anécdota que también cuento en el libro “Como mandar bien”. Digo que les gustaría ser como el rey Midas porque, según la historia, este estaba feliz porque Dios le había dicho que pida todo lo que quería y se lo concedería, pero el problema fue cuando el rey consiguió lo que pidió, y era que convirtiera en oro todo lo que tocara. Dios le consultó por segunda vez si estaba seguro de su decisión y el rey se mantuvo firme en su opinión, así que al momento que beso a su hija se convirtió en una estatua de oro. Ante esto, el rey Midas volvió triste y arrepentido de haber pedido lo que quería.

Los malos jefes son como el rey Midas, quieren que se haga lo que ellos dicen, sin buscar lo mejor para todos, ya sea para los clientes, compañeros, la empresa, etc.; porque a veces lo que pide el jefe no es lo más adecuado. Por eso debe escuchar a sus colaboradores.

Un buen jefe siempre sabe mandar, y luego aprecia a la gente buscando el bien de la organización.

2.- De acuerdo al título de tu libro, ¿Cómo es mandar bien por parte de un jefe a sus colaboradores?
Según el libro, para saber mandar hay que saber obedecer. Cuando uno manda a los demás, lo que busca es que le obedezcan. Entonces si el jefe no sabe lo que está pidiendo a su gente, difícilmente se lo va saber pedir.

Si un jefe piensa bien los pasos al obedecer, tiene que entender bien los pasos al mandar, porque al saber mandar lo que tiene que hacer es facilitar al subordinado que obedezca mejor.

Cuando a un empleado le mandan una cosa, lo primero que tiene que hacer es entender lo que le han pedido porque si no lo entiende, difícilmente lo va hacer. Entonces a la hora de mandar, el jefe debe asegurarse que la otra persona ha entendido, y tiene que ser bien claro y didáctico facilitándole al subordinado que si no ha entendido puede preguntar sin ningún problema. Es así que al decir “no he entendido”, implica comunicarle al jefe diciéndole “disculpe jefe, pero no lo entendido ¿Qué tengo que hacer? o me lo puedes explicar mejor por favor”.

Como segundo punto, al momento que un empleado obedece y entiende lo que se le mando, debe preguntarse también si puede hacerlo, ya que en el caso que no pueda cumplir con lo encomendado, debe comunicarle al jefe qué necesita para cumplir lo que se le mandó, que pueden ser herramientas de trabajo, más tiempo o una determinada información. Ante esto lo que el jefe debe hacer es estar abierto a que la otra persona le diga que no puede realizar dicha labor y, en ese caso, se debe apoyar al empleado en darle los medios necesarios para concluirlo. En caso de no poder pedir los recursos necesarios al jefe, se puede pedir ayudar a algún compañero para concluir la tarea.

El tercer paso implica que el jefe pregunte si el subordinado sabe hacer la labor encomendada, porque si no sabe hacerlo también hay que comunicarlo, considerando que a veces si sabe cómo averiguarlo, pero no se sabe cómo hacerlo. Ante esos casos hay que comunicarlo, y el jefe lo que tiene que hacer es enseñar o pedir que otra persona lo haga.

Por último, si el empleado puede hacerlo o sabe hacerlo, entonces se debe pensar como subordinado y preguntarse: ¿Estoy dispuesto o quiero hacer dicha labor?  La respuesta puede ser sí o no.  Si es no, se debe comunicar al jefe al respecto y, por lo tanto, este tiene que estar abierto también a escuchar si la otra persona está dispuesta. Cuando el empleado dice “no estoy dispuesto”, el jefe probablemente va a preguntar por qué no está dispuesto, y es allí donde el colaborador debe explicar por qué.

Ante esto se puedan dar tres situaciones: 1) Convenzo a mi jefe y él me dice “esas razones son buenas, no te preocupes no lo hagas”. 2) Puede ser que el jefe convenza al empleado para realizar la tarea, debido a diversas razones que dé. 3) Ninguna de ambas partes se convencen, y en esa situación lo que se tiene que hacer es obedecer, salvo que lo que pido sea inmoral o antiético.

Si el jefe pide algo que tiene derecho a mandar a pesar que el empleado no esté de acuerdo, pero de todas formas lo manda, entonces se debe obedecer o decir que no, aceptando las sanciones que pueden aplicarse al colaborador o dando un paso al costado. Obedecer es hacer una cosa con lo que uno no siempre está de acuerdo, pero quién tiene derecho a pedírmelo me lo pide, a pesar que esto suene polémico.

Es por eso que a la hora de mandar bien hay que mandar cosas claras, hay que mandar cosas inteligentes y no malas.  Si uno manda tonterías o cosas malas van a creer que eres tonto o malo, y como jefe vas perdiendo el respeto por los demás y solo te obedecerán por miedo. Un jefe nunca debe dar miedo, es por ello que debe haber mucho respeto a los subordinados.

3.- ¿Qué posición debe asumir un empleado ante un comportamiento poco grato por parte de su jefe? ¿Cómo podría hacer para mejorar la situación y la relación laboral?
Es una situación bien dura, pero si hay que ir a la guerra hay que hacerlo. Pero hay que ir a la guerra cuando sepa que voy a ganarla, si voy a perder voy a estar en peor situación que antes.

Hay que aprender a ganar tiempo y quitar cuerpo, es decir no enfrentarse si voy a perder. A veces resulta hacerse el desentendido, pero no hacer cosas malas, no debo actuar en contra de mi conciencia. También es necesario llamar a los amigos y preguntar si conocen oportunidades laborales, para no salirse sin empleo salvo que la situación sea muy grave.

Lamentablemente el que tiene el poder es el jefe, el subordinado tiene menos poder, es una situación muy complicada y dolorosa. También hay que hacer autocrítica porque puede ser que el empleado esté exagerando las cosas y también hay que dar el beneficio de la duda, ya que quizás no es para tanto y el jefe está pidiendo cosas con las que el empleado no está de acuerdo, pero si tiene derecho a mandarlas; en ese caso hay que obedecer.

La primera responsabilidad que tienen los superiores, es decir gerencia general, es evitar que haya malos jefes en su organización y que no abusen de sus empleados.  Es por eso que el gerente general tiene que ser muy hábil e ir a las diferentes áreas para mirar las caras de sus colaboradores, ya que es allí donde se perciben cosas que antes no te dabas cuenta.

Un gerente general tiene que cuidar dos cosas: el negocio y a la gente, ya que va a caminar con las dos piernas. Cuidar el negocio es que las cuentas salgan, y cuidar a las personas es que haya justicia. Cuando esto no se aplica en las empresas, esta pierde competitividad porque los mejores se van, y se quedan los que no encuentran alternativa. Las empresas serían más competitivas si los jefes mandaran mejor, esto es una regla de oro.

Es por eso que muchas veces nos quejamos de la poca competitividad que tienen las empresas, y para eso hay que dirigir mejor.

4.- ¿Cuáles serían los valores que todo jefe como líder debería asumir con sus colaboradores para desarrollar un buen clima laboral?

Esto se relaciona mucho con las virtudes, las virtudes son lo que me permite hacer el bien cuando alguien quiere hacerlo, mientras que los vicios son lo que me dificulta hacer el bien cuando quiero hacer el bien. Para portarse bien no basta querer, hay que poder y eso es una de las virtudes.

La generosidad, la alegría, la justicia, la prudencia, la fortaleza, la abnegación, la tolerancia, esos son virtudes. Cuando carezco de estas virtudes, las personas quieren portarse bien pero no pueden.

¿Y cómo se adquieren las virtudes? Pues tratando de actuar bien, las virtudes se van adquiriendo libremente no se inculcan, no se les mete con un embudo.

No es que a un mal jefe no se le haya inculcado valores, los valores no se meten con un embudo a la gente, sino que se forman en casa, en la escuela o en la empresa. Dirigiendo bien, un jefe educa a sus dirigidos, facilitándoles el actuar bien y dificultándoles el actuar mal, es decir usa bien el poder a través de la enseñanza, la comprensión, y motivación. De este modo, se busca que la persona mejore cuando va adquiriendo virtudes.

A veces muchos malos jefes no cumplen bien su trabajo, no por una mala intención sino por torpeza, es por eso que el objetivo de mi libro es ayudar a muchos malos jefes a ser buenos jefes.

Para mejorar el desempeño de los malos jefes, es donde tiene que entrar a tallar sus jefes, es decir el jefe de los jefes, tienen que ayudar a la gente aprender a mandar, ya que no se puede tratar a la gente de la peor manera.

Muchas veces los malos jefes son así porque han tomado el mal ejemplo a sus antiguos jefes aprendiendo mal y haciendo cosas equivocadas con sus colaboradores. Entonces los jefes para bien o para mal, no enseñan o enseñan mal.

Los valores fundamentales que debe tener todo jefe son: Prudencia, sensatez, solidaridad, responsabilidad, sinceridad, fortaleza, templanza, justicia y tolerancia.

En mi libro, dedico de forma especial un apartado a la tolerancia, ya que si un jefe no es tolerante no va a facilitar que la gente aprenda, de este modo hay que saber a veces permitir errores. Lamentablemente la gente tiene miedo a equivocarse, si bien es cierto los errores a veces cuestan por lo que hay que tratar de evitarlos, pero cuando se cometen hay que averiguar por qué se ha cometido. Puede ser por qué no pudo evitarlo, no sabía o por qué no quiso.  Por lo tanto, hay que diagnosticar a qué se ha debido, hay que saber cuándo ser tolerante y cuando no. La tolerancia es una virtud importantísima en un jefe, pero no es nada sencillo.

 5.- ¿Cuál crees que es límite de confianza que debe asumir un jefe frente a sus colaboradores?
La confianza hay que ganársela unos y otros. Si yo pido a una persona que haga algo y lo hace mal a pesar de darle todos los medios y recursos para que lo haga, y lo vuelve hacer mal, entonces cuando uno se lo pide otra vez, uno piensa que lo va a hacer mal nuevamente.

El subordinado siempre tiene que hacer su trabajo y no todo es culpa del jefe, ya que el empleado también tiene que hacer lo suyo haciendo las cosas bien, y si no sabe hacerlo debe decirlo.

La confianza no es un punto de partida, es un punto de llegada, para confiar hay que tener razones para confiar, y si no tengo razones para confiar, tengo que desconfiar, por lo que un jefe debe saber en quién confiar y en quién no.

La confianza ayuda mucho en una empresa, porque cuando hay confianza las cosas fluyen mejor, no perdemos tanto tiempo. Es por eso que la confianza hay que cultivarla día a día por parte de todos.  A la gente que no es confiable, el jefe debe ir sacándola de la empresa, y los gerentes tienen que sacar a los jefes no confiables.

6.- ¿Qué consejos darías a los jefes para motivar día a día a sus colaboradores?
Conversar, estar cerca y disponible, conocer a la gente para saber qué cosas hay que hacer o mejorarlas. Los temas de conversación son lo que hay que hacer y los objetivos que debemos perseguir.

Un jefe no puede ser callado, por lo que tiene que fijarse y escuchar mucho y siempre mantenerse disponible para lo que los empleados necesiten. Lo que los empleados quieren es que el jefe decida cuando no hay un acuerdo entre ambos; el que debe indicar la dirección es el jefe, es decir el jefe es el capitán y él decide.

Otro consejo que daría es: pensar antes de actuar y no tomar decisiones con cólera, con cólera tomamos malas decisiones y nos equivocamos.

En resumen, los consejos que daría a los jefes para mejorar la relación con sus colaboradores es tener cariño con la gente, es decir no le hagas lo que no quisieras que te hagan, y tener lógica.

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