«La Copa del Mundo es una gran oportunidad para mejorar la gestión de personas»

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¿Qué podemos aprender del Mundial del Fútbol en lo que se refiere la gestión de personas?

En primer lugar, desde la perspectiva de los jugadores, podemos plantear lo que significa el trabajo en equipo. Es una gran oportunidad para observar cómo 11 personas, que tienen funciones, obligaciones y misiones distintas dentro del partido, están todas enfocadas en un mismo objetivo.

El propósito de la victoria pasa a ser el objetivo de todos. Y para lograrlo, es fundamental que todos cumplan con sus funciones. A la vez, es preciso que interactúen muy bien con sus colegas. Todo eso implica una buena comunicación.

¿Y por el lado del equipo técnico?

Ahora, desde el punto de vista del equipo técnico, del director técnico de la selección, no se puede dejar de mencionar el liderazgo.

Por ejemplo, si hablamos de la selección de fútbol de Brasil, de los 23 convocados, solo 5 tienen experiencia a nivel de Copa del Mundo. Es decir, la mayor parte del equipo jamás jugó en un mundial. Además, el hecho de jugar en su propia casa añade una fuerte presión a los jugadores.

En circunstancias como estas es muy importante la sensibilidad del líder para tener en cuenta el momento particular que su gente está viviendo. Este hecho se ha planteado de forma clara en la teoría sobre el liderazgo situacional. Así, el líder debe ser muy consciente del momento que las personas están viviendo y, de acuerdo a esas circunstancias, ofrecer el apoyo, por un lado, y, por otro, plantear el nivel de exigencia adecuado para que las personas puedan responder de la mejor manera posible. Eso se ve muy claro en la Copa del Mundo.

¿Qué otras habilidades debe tener el líder?

Otra habilidad clave de liderazgo es la humildad. Es cierto que muchos jugadores se están estrenando por primera vez en un mundial, pero junto a ellos están los jugadores estrella. Imagínate, por ejemplo, ser el director técnico de Lionel Messi, que ha sido, por cuatro años consecutivos, el mejor jugador del mundo; entonces, el director técnico tiene que saber darse su lugar.

Por otro lado, Messi es un jugador consagrado, por lo tanto, hay que estar atento, abierto a su experiencia, que sin duda tiene un gran valor. Eso también ocurre con los jugadores más jóvenes. Entonces, ahí también hay que destacar la humildad del líder, quién tiene que estar alerta a lo que sus colaboradores puedan aportar.

Podemos, asimismo, entender el rol del líder como el agente que amortigua la presión que viene desde arriba, que podrían ser los inversionistas de la empresa o del mercado, o, siguiendo el símil con el mundial de fútbol, la presión que viene desde la hinchada. Sin duda, el fútbol es un deporte apasionante y cuanto más pasión hay es mayor la presión.

Para los jugadores la situación no es sencilla, porque está siendo observado por miles o millones de personas, y si algo no sale bien, no los van a perdonar. Entonces, el líder debe manejar esa presión por el logro de resultados –que siempre va existir y debe existir en todos los negocios– como un factor positivo, alentador para la conquista de mejores resultados. No debe permitir que esa presión llegue a aniquilar el ánimo del colaborador, que puede ocurrir si esa presión no es bien manejada.

El reconocimiento es otro elemento que se pude apreciar de forma nítida en un partido de fútbol…

Cuando un jugador anota un gol, lo que normalmente se ve es que este hace algún tipo de señas o ademanes. Por ejemplo, ademanes dirigidos a su entrenador, a sus hijos, a las personas que ama, otros hacen alusión a dios. Eso revela la necesidad de reconocimiento, especialmente de aquellas personas que están más cerca emocionalmente del jugador.

Se trata de un vínculo emocional importante. Sin duda, esas actitudes revelan quienes son las personas que están en su corazón. En segundo lugar, está el reconocimiento de la hinchada.

En tercer lugar, el jugador también es consciente que su cotización en el mercado ha subido. Pero esta reflexión ocurre después. Primero está el aspecto emocional.

¿No es tan importante el dinero?

Ciertamente, observar un partido de futbol nos permite entender la importancia que tiene el reconocimiento para las personas, y en qué niveles y cómo se va dando.

El primer nivel de reconocimiento que se espera es de aquellas personas que están más cerca. Antes que pensar en una premiación monetaria, lo primero que se aguarda es recibir un abrazo o una sonrisa de aquellas personas más próximas. Estas personas, en las organizaciones, son los líderes directo del colaborador y sus colegas de trabajo. Esto lo deben tener claro las empresas.

El tema económico es, desde luego, importante. Pero es algo que viene después. Si en un primer momento no hay ese abrazo o celebración conjunta, el vínculo afectivo puede desaparecer y con ella la lealtad, pues esta es fruto del vínculo afectivo más que del salario.

Finalmente, ¿cómo ve el desempeño de las empresas respecto de estos temas?

Se observa que todos estos temas están en las agendas de las empresas. Existe interés en todos esos puntos, aunque todavía no es parte de la cultura de las empresas. Es decir, todavía no lo han interiorizados para que ocurra de manera espontánea, natural, como parte del día a día.

Cuando un jugador mete un gol, todos sus compañeros–espontáneamente– van a abrazarlo, a felicitarlo. Sin embargo, hoy todavía tenemos que recordar a los líderes la importancia que tiene el reconocimiento. Entonces, para que, por ejemplo, las acciones de reconocimiento ocurran de forma natural, éstas tienen que formar parte de la cultura de las organizaciones. Y eso va a tomar todavía algún tiempo.

 

 

Comentarios:

 

#1 12:20:06 | 2014-06-16, Publicado por: Richard García Ishimine

 

Es interesante rescatar enseñanzas del deporte más seguido del mundo. Es muy cierto, además que muchos lo vemos en el día a día en las organizaciones. Lo que se podría agregar, es la aplicación de Empowermet por parte del líder, puesto que una vez que inicia el juego, las decisiones del desarrollo del partido, ya no lo toma el líder, sino cada uno de los jugadores de acuerdo a los lineamientos estratégicos entregados anteriromente. Hay que confiar en nuestra gente.


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