Un nuevo facilitador anticorrupción en las empresas

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Por Flavio San Martín – Socio de Consultoría de Negocios de BDO en Perú

El clima político y social han puesto en evidencia un mal endémico del país: la corrupción. En la agenda cotidiana, el tema se ha incorporado a las preocupaciones de los ciudadanos, y claramente, de nuestros colaboradores, clientes y consumidores. De esta manera, todas las iniciativas desarrolladas a fin de promover la transparencia, control y actuar ético se han tornado primordiales en la gestión empresarial.

La óptica de percibir la corrupción como algo lejano u ajeno puede ser una miopía para los que dirigen las compañías. La experiencia muestra que las organizaciones comprometidas en el desarrollo de sus colaboradores generan valor para ellas y la sociedad. Cuanto más trabajemos en las virtudes de nuestros equipos, mejores ciudadanos tendremos. El sentido de justicia y control debe nacer en nuestras filas y estar en el ADN de nuestras empresas.

Esa tarea compromete activamente a los que lideran la gestión humana en las organizaciones. Asumen el compromiso de promover prácticas éticas y apoyar el control interno, así como de sancionar de justa manera las transgresiones a los códigos de conducta empresarial. Sin embargo, para lograr este resultado, es importante conocer a los colaboradores e identificar los posibles riesgos dentro de las empresas, que en algunos casos podrían ser originados por los propios trabajadores. 

Pero ¿qué tanto sabemos de los posibles defraudadores que hay dentro de la empresa? Estudios precisan que el 47% de las personas que cometen fraude tienen más de 6 años en las compañías, es decir, están vinculados estrechamente con nosotros y conocen bien las operaciones del negocio. 1 de cada 5 casos es originado por profesionales que se encuentran en posiciones claves y tienen una relación cercana con proveedores o clientes. La mitad de estos delitos son cometidos de forma colectiva. No actúan solos.

Existe una sintomatología en los perfiles que incurren en estas prácticas anti éticas. Muchas de las personas que las cometen son profesionales preparados, hábiles para idear las formas de incurrir en este tipo de delitos. El desarrollo de métodos de supervisión y control son claves, sobretodo en áreas sensibles como contabilidad, operaciones, comercial y compras.

La gestión de personas es una tarea maravillosa pero también muy compleja, que necesita el apoyo directivo y complementar sus esfuerzos con las áreas y los comités que promueven el correcto desempeño empresarial. Mecanismos y programas de control y prevención de corrupción en nuestras empresas son ya una nueva tarea en la agenda de trabajo en la que gestión humana tiene un rol muy importante, que suma valor y que necesita de la colaboración de todos.

 

 

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