Trabajo y Familia: ¿Enemigos íntimos?

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Por Mary Rodríguez Castro (Perú), Consultora Organizacional de Perfil – mrodriguez@perfil.com.pe

Hoy en día quizá una de las causas de los principales problemas que afronta el hombre, es el conflicto entre los roles que cumple tanto en el ámbito laboral como en el familiar. Parece muchas veces un sueño lejano, una meta inalcanzable el poder conciliar estas dos esferas de nuestras vidas. Pero, ¿existe realmente tal incompatibilidad de roles? A la luz de la realidad pareciera que sí, pero si nos detenemos en un punto neutral y somos más objetivos, veremos que el trabajo y la familia pueden llegar a ser perfectamente compatibles si se tienen claros nuestros objetivos y planes de vida.

IDEAS PRECONCEBIDAS

Generalmente se habla de sacrificios en algunos aspectos de nuestra vida al momento de decidir lograr el éxito. Las personas solteras cada vez aplazan más la fecha para formar una familia con el fin de realizarse profesionalmente, mientras que las que tienen una familia se tienen que conformar con haber llegado a la cima de sus esfuerzos. En otras palabras, si se pone más dedicación a un aspecto, descuidamos el otro y si consideramos que ambos son fuente importante de autorrealización, la idea de estar entre la espada y la pared pareciera más que real.

Se habla también que los conflictos generados van a ser distintos, si es que este tiene su origen en el trabajo influyendo en la familia, o si es que es generado en la familia influyendo en el trabajo. Dentro de las causas del conflicto tenemos: En el ámbito laboral: presión por el cumplimiento de plazos, características de la tarea, horario de trabajo (trabajo extra), problemas de relación con superiores, etc.; mientras que en el ámbito familiar: problemas económicos, tareas domésticas, nacimiento de un hijo y eventos inesperados como la muerte de algún miembro. Sean cual sean las causas, sumadas al mal manejo del conflicto, las consecuencias repercutirán en nuestro bienestar físico y emocional; una de estas es el estrés laboral con todo lo que involucra.

BUSCANDO EL PUNTO DE EQUILIBRIO…

Es difícil no considerar al conflicto como parte de la relación trabajo-familia, ya que en algún punto necesariamente surgirá; sin embargo si se asume desde una perspectiva más abierta a la diversidad e interrelación de funciones que cumple el ser humano desde su rol personal y profesional, podemos ver que el trabajo también puede enriquecer la experiencia de la vida familiar, y viceversa.

Desde las habilidades y destrezas que desarrollamos en el ámbito laboral, hasta los recursos materiales que obtenemos de él, son muchos los aspectos positivos que este puede aportar al ámbito familiar. Son sobretodo la satisfacción, seguridad y habilidades de interrelación las que podemos trasladar de una esfera a otra, siendo la principal condición y ventaja la flexibilidad que incluye la posibilidad de variar tiempo y espacio de la propia actividad. Si cada rol de la vida de una persona es importante y si las habilidades que desarrolla de un aspecto son congruentes con las necesidades del otro, entonces se sumarán positivamente.

EN POS DE LA CONCILIACIÓN…

Si queremos llevar una relación más armónica entre estos dos roles, aquí algunas recomendaciones en dos niveles:

A NIVEL PERSONAL:

Claridad de objetivos. Tener objetivos claros y un plan estratégico definido nos ayudará a determinar si estamos en el lugar y el momento adecuado. Desempeñarnos en un lugar que nos haga sentir satisfechos, y cuyos objetivos se encuentren alineados a los propios, nos ahorrará gran parte del camino en búsqueda del equilibrio entre estos dos aspectos.

Organizarse es la clave. La capacidad de organización, es también uno de los aspectos importantes a desarrollar al momento de dar prioridad a las distintas tareas que realizamos en ambos terrenos.

Calidad antes que cantidad. Si bien, son más horas las que pasamos en el trabajo, es importante poder desarrollar actividades junto con la familia en los tiempos libres, lo cual no solo contribuye a fortalecer la relación sino también al bienestar personal.

A NIVEL ORGANIZACIONAL:

A pesar de que hoy en día cada vez se le da más valor a las personas y a su desarrollo tanto profesional como personal, existen organizaciones que aún no toman las medidas necesarias para buscar formas de conciliación entre estos dos ámbitos. Algunos aspectos sobre los que se tiene que trabajar son:

Jornada laboral. El respeto del horario de trabajo no solo debe venir por parte del trabajador sino también de la empresa. Es fundamental crear una cultura organizacional en la que se valore el desempeño de la persona dentro de la jornada laboral y no fuera de ella.

Planes vacacionales. Crear políticas de trabajo en las que se respete el tiempo de vacaciones asignado a cada trabajador, y en las que se incentive y en muchos casos obligue a tomarlas a su tiempo ya que hoy en día es común ver la compra y venta de ellas en algunas empresas.

Programas de incentivos y recreativos. Si el trabajador se siente motivado y satisfecho con su trabajo es por seguro que esto lo trasladará al ámbito familiar, y no solo eso, sino que repercutirá en un mejor desempeño. Velar por el desarrollo de las personas hoy en día se ha vuelto factor clave para el desarrollo de las organizaciones. Finalmente tendríamos así un círculo que se retroalimenta constantemente y en el cual ninguno de sus componentes debiera ser indesligable: “Mejores personas, mejores familias, mejores organizaciones”.

 

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