Los microclimas laborales

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Por Jaime Herrera (Perú) – Miembro de la International Society of Humor Studies con sede en Oakland (EE.UU) y director de Humor en Serio

Si hay algo en lo cual estamos todos de acuerdo es que lo más importante en una empresa es su gente. De nada sirven los grandes planes de marketing o estados financieros impecables cuando las personas no se sienten a gusto trabajando. Tarde o temprano la empresa sufrirá las consecuencias de una mala administración de personal o talento humano.

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En ese sentido, uno de los aspectos fundamentales es el clima laboral, que en palabras sencillas podría definirse como que tan bien se sienten los trabajadores o colaboradores de una empresa trabajando allí. Hay muchos estudios que demuestran que una persona que se siente bien, feliz, a gusto, trabaja más y mejor.

Pero ¿cómo lograr que el clima laboral de una empresa mejore? En principio se debe realizar una evaluación para saber en qué situación se encuentra el clima y de ahí en adelante realizar mediciones anuales, ya que lo que no se mide no se puede gestionar, es preferible además que esa medición la realice un externo para que el análisis no sea sesgado. Los aspectos que se consideran en una evaluación son variables dependiendo de la metodología que se utilice. En base a los resultados se deciden planes de acción para toda la empresa, sin embargo se debe considerar que no todas las acciones funcionarán para los mismos grupos, que dentro de la organización se generan microclimas en equipos de trabajo.

Ahora bien, con frecuencia en las empresas se idealiza el concepto de trabajo en equipo, incluso algunas lo incluyen como valor (cuando en realidad es una competencia), es más está comprobado que el trabajo en equipo no siempre es necesario y positivo, depende mucho del tipo de trabajo que se realice. Cuando hablamos de equipos de trabajo, nos referimos a profesionales o colaboradores que trabajan en conjunto diariamente o al menos con cierta continuidad por un objetivo común, por ejemplo, el área encargada de un proyecto o el departamento de marketing, esos son equipos de trabajo y efectivamente deben, valga la redundancia, trabajar en equipo.

Decir que finanzas y operaciones o que logística y administración trabajan en equipo suena bien pero en realidad no es así, se podría decir que trabajan mancomunadamente, coordinados, atentos, etc., pero un equipo es otra cosa. Partiendo de esa premisa entonces la cohesión de equipos de trabajo se inicia en la convivencia y la armonía entre las diferentes personalidades y el trato entre compañeros de trabajo, hacia el líder y desde el líder hacia sus colaboradores.

Diferenciemos algunos términos que se suelen mencionar cuando hablamos de convivencia laboral: personalidad, estado de ánimo y actitud. Cada persona viene con un set o conjunto de rasgos y cualidades que configuran su manera de ser y la diferencian de las demás. Esa es su personalidad. El estado de ánimo es la disposición emocional que tiene una persona en un momento dado y finalmente la actitud es lo que se refleja en el trato con los demás, es la forma como afronta una persona las diversas situaciones de la vida en este caso laboral. Esa actitud es la que los compañeros de trabajo perciben y que puede generar cohesión o alejamiento. Las personalidades pueden ser muy diferentes, el estado de ánimo variable, pero si hay respeto y buena actitud el equipo camina puede caminar bien, digo puede porque habría que añadir una correcta dirección, pero concentrémonos en la actitud. ¿Cómo hacer cambiar a una persona que demuestra una mala actitud y qué enrarece el aire que se respira en el equipo? Ahí surge la capacitación como herramienta principal y surge además otro término muy popular en estos últimos años: las habilidades blandas o competencias conductuales. Para lograr un cambio conductual o de actitud hay que trabajar en: comunicación efectiva, inteligencia emocional, inteligencia social, empatía, etc. Hay gente que por su personalidad tiene mayor facilidad para desarrollar estas habilidades pero otras que no y es esa diferencia la que hace que hayan discusiones entre grupos de trabajo, más aun si esa persona es el líder del equipo. Puede que el clima general de la empresa sea aceptable pero cuidado con esos microclimas negativos generados por este tipo de personas.
Entonces le recomendamos invertir en capacitación en habilidades blandas de los líderes de equipos si quiere contar con equipos muy cohesionados y efectivos. Mientras tanto si es usted el líder de un equipo aquí le dejo algunos consejos muy sencillos que puede aplicar inmediatamente.

1.- Realice salidas informales con su equipo. El ambiente laboral puede ser muy duro y a veces engañoso en cuanto a las formas de ser de un compañero de trabajo, en un ambiente distendido se forjan amistades.

2.- Estimule las propuestas e ideas. Acepte todas las propuestas, no las juzgue de antemano, acéptelas y luego las puede analizar cuidadosamente en equipo.

3.- Celebre las pequeñas victorias con su gente. Cada paso nos lleva más lejos. Si una meta es muy lejana, no espere a llegar para recién celebrar con su gente, ponga al equipo hitos que celebrar.

4.- Utilice el sentido del humor, como siempre básico para fortalecer las relaciones interpersonales.

Con estos consejos, incluso si el clima laboral general de la empresa es malo, puede generar un microclima positivo y cálido.

Fuente: Diario Gestión

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