El siguiente paso: e-Learning 2.0 y la instrucción en línea

1789

Por Daniel Ravelo (Perú), Gerente de Proyectos, e-Learning Soluciones S.A.C.

Luego de un primer impulso del mundo corporativo peruano en la implementación de técnicas e-learning para capacitación de sus colaboradores, es momento de reflexionar acerca del camino recorrido y contestar algunas interrogantes:

¿Está satisfecho con los logros? ¿Reflejan éstos una mejor productividad? ¿Ha logrado fidelizar a sus colaboradores y retener el talento? ¿Pudo formar una comunidad corporativa de aprendizaje para el crecimiento personal de su capital humano?

Pocas empresas podrían responder de manera afirmativa todas estas preguntas. La situación actual denota cierto aire de decepción respecto a los resultados obtenidos a través del e-learning e intentaremos revisar algunas de las causas principales por las cuales el tremendo potencial de esta metodología no logra desplegarse de manera óptima.

Está claro que para optimizar una capacitación vía e-learning deben existir conocimientos, cualidades y objetivos claros por parte de todos los involucrados en el proceso: directivos, colaboradores y proveedores.

Es aquí donde inician las dificultades. Gran cantidad de directivos se acercan al e-learning con el objetivo principal de reducir sus costos de capacitación, las empresas proveedoras ayudan a arraigar más esta idea bajando cada vez más sus precios de desarrollo en desmedro de la calidad de los procesos y elementos para el aprendizaje. Así los colaboradores terminan llevando estas capacitaciones con el desgano propio de quien es obligado a realizar una tarea al mejor estilo escolar.

Es verdad que en el mediano y largo plazo las virtualizaciones de las capacitaciones pueden significar un ahorro para la empresa, pero ¿en verdad es este aspecto el más importante? Definitivamente no. Como país en pleno desarrollo todavía no logramos convencernos que la única manera de crecer con firmeza es con una sólida formación, y es a través de la educación por donde debemos proponer soluciones.

La efectividad de la enseñanza no se basa en lo avanzada de la tecnología empleada, sino en la calidad de los procesos de aprendizaje que utilizan inteligente y adecuadamente los recursos disponibles para alcanzar los logros planteados.

Uno de los problemas actuales en la virtualización de capacitaciones surge de la combinación de un excesivo uso de tecnología acompañado de procesos educativos pobres. ¿Cuántas cosas sería capaz de hacer un carpintero en un taller saturado de las mejores y más modernas herramientas sin el conocimiento no sólo de su manejo sino de las técnicas y procesos apropiados? ¿Si le regalarasen un súper auto completamente desmantelado, sólo con herramientas adecuadas para ensamblarlo podría hacerlo? Es peligroso pensar que es posible hacer esto con la educación, ya sea presencial o en línea.

La mayoría de personas creen que tienen la capacidad de enseñar por el simple hecho de poder decirle a otra persona lo que sabe. Nada más lejos de la realidad. En el mejor de los casos su interlocutor recordará alrededor del 10% de lo que recibió, lo cual no es suficiente si el objetivo es mejorar el desempeño del capital humano.

Un buen proceso formativo debe cuidar varios tipos de interacciones: participante-contenido, participante-instructor y participante-participante; porque el aprendizaje en este sentido es una actividad humana que va más allá de las capacidades alcanzadas, pues establece lazos comunes de intereses, metas y visiones compartidas en la búsqueda del bien común. Una buena capacitación e-Learning no debería abusar de la autoinstrucción, sino que debería desarrollar procesos tutorizados y moderados por los especialistas pertinentes, de preferencia miembros de la propia institución. En este sentido los proveedores de e-learning podríamos ayudarlos a superar sus metas y hacer de su empresa un lugar de crecimiento personal y colectivo.

Comentarios