El clima laboral y su impacto en las organizaciones

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Por Carmen Huamán (Perú), Escuela de Coaching y Desarrollo Organizacional Jamming

Los seres humanos tenemos diversos roles en nuestra vida, como el de padres, hijos, trabajadores de una empresa, entre otros. Si cuantificamos la cantidad de horas que pasamos en la oficina, nos damos cuenta que nuestro rol como trabajador es el que mayor tiempo nos ocupa, por ende es muy importante sentirnos satisfechos en esto.

Es por ello que cada vez son más las empresas que se preocupan por sus colaboradores y buscan mantener un clima laboral agradable y motivante. Las organizaciones consideran que mantener un buen clima laboral les garantizará la retención de sus talentos o al menos les reducirá el nivel de rotación.

El primer paso para un buen clima en la empresa es diagnosticarlo. Muchas organizaciones lo hacen a través del Great Place to Work o de otro tipo de encuestas que les permite cuantificar y tener datos estadísticos del nivel de satisfacción de sus colaboradores y medir sus percepciones respecto a la empresa, los líderes, la infraestructura, entre otras variables.

El siguiente paso es gestionar el clima en base a los resultados de la evaluación y trabajar actividades enfocadas a reducir aquellos aspectos en los que los colaboradores se sienten insatisfechos.

El error de algunas empresas es que consideran la evaluación de clima laboral como un proceso de recursos humanos que se debe realizar anualmente y no necesariamente se enfocan en gestionar e implementar planes de acción enfocados a mejorarlo, asimismo, asocian estas implementaciones con un presupuesto elevado. Sin embargo, es importante considerar que existen formas bastante económicas de motivar a los colaboradores y mantenerlos satisfechos, sin hacer mucha inversión. Desde decorar la oficina en fechas especiales, enviar comunicados motivadores y reconocimientos, la actitud positiva de los jefes, reuniones de camaradería, etc.

Estos pequeños detalles motivan al colaborador y fomentan el compromiso y la identificación con la empresa, logrando que pese a los momentos de mucho trabajo se genere un equilibrio entre la satisfacción laboral y el estrés.

Un colaborador satisfecho con su organización será más productivo y alcanzará sus resultados.

Artículo publicado en el Diario Gestión

 

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