Cultura del bienestar, una aptitud del siglo XXI

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Por Patricia Llaque, profesional de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

La coyuntura sanitaria actual ha puesto de manifiesto cómo la salud es el principal activo económico que permite no solo dar continuidad al negocio, sino convertirse en un indicador clave del nivel de desarrollo de cualquier país por lo que todas las organizaciones sociales y económicas están llamadas a convertirse en agentes activos en la promoción de buenas prácticas en materias de salud, seguridad y bienestar.

Expo Capital Humano, como no podía ser de otra forma, se ha sumado a esta iniciativa brindándome un espacio en esta edición de la Feria para presentar en un webinar nuestro modelo ecológico biopsicosocial OnWELL, que posiciona al bienestar como un valor clave en la cultura y el desarrollo.

¿Cómo entender el concepto de salud?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aporta la base de esta definición: la salud, abarca aspectos subjetivos (bienestar físico, mental y social), aspectos objetivos (ausencia de enfermedades o afecciones) y aspectos sociales (adaptación y trabajo socialmente productivo), por tanto, es un recurso esencial para nuestro correcto funcionamiento en la vida diaria.

Cultura del bienestar

Siguiendo dicha definición, si preguntamos en una organización ¿cómo se apoya el bienestar de los empleados? o ¿cómo se fomenta una cultura del bienestar en el lugar de trabajo? encontraremos que la respuesta estará enmarcada en la primera de las dos opciones que puedes leer a continuación:

  1. Con acciones puntuales o actividades independientes dirigidas a la mejora de la salud física y/o mental, como pueden ser, dotando de material de oficina ergonómico; ofreciendo clases no personalizadas de yoga, pilates, estiramientos, nutrición; dando acceso a plataformas digitales con contenidos generales sobre salud; recopilando datos biométricos provenientes de sensores incorporados en wearables como los smartwatches…
  2. Con un modelo integrado en la estrategia empresarial que apoye la creación de una cultura que transmita y fomente en toda la organización el valor de adoptar hábitos de vida saludables, que repercutan realmente en el rendimiento y en la efectividad global.

Y es que, sin lugar a dudas, la segunda opción es la única que garantiza un impacto real en el retorno de la inversión (ROI), constatable por las mediciones a lo largo del tiempo de los efectos de los indicadores del bienestar sobre los indicadores de negocio claves como son los vinculados a la reducción de costes, al aumento de ingresos y a la mejora de la imagen y reputación de la marca.

Diferencia entre valores y objetivos

Las dos opciones arriba descritas nos sirven para ilustrar la diferencia existente entre valores y objetivos. Aunque muchas personas confunden estos dos conceptos ya que están relacionados, son muy diferentes.

Nuestros valores son la dirección que guía nuestro camino, dan forma a cómo entendemos la vida y como queremos vivirla. Sin valores, percibiríamos muchas de nuestras conductas y acciones cotidianas carentes de sentido, aburridas, molestas, poco motivadoras o incluso frustrantes. Pero cuando identificamos que son nuestros valores los que orientan nuestro comportamiento nos es fácil encontrar el propósito y la motivación para realizar las cosas que hacemos día a día. Y es que los valores se consideran patrones continuos de comportamiento que ocurren a lo largo del tiempo.

Por su parte, los objetivos responden a una acción con plazo determinado que tachas en una checklist una vez cumplida. Puede o no responder al camino que trazan tus valores.

Cuando establecemos que una cultura del bienestar es parte de nuestros valores, nos comprometemos con nosotros mismos para comportarnos de forma coherente, adoptando estilos de vida saludable a lo largo del día y no solo de manera puntual.

Habiendo explicado la distinción entre valor y objetivo me surge otra forma de abordar las dos preguntas anteriormente formuladas: ¿cómo facilita tu organización que tus rutinas laborales sean consistentes con los valores de una cultura del bienestar?


Sobre el autor:

Patricia Llaque
Profesional de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con experiencia en empresas y organizaciones internacionales. Máster en Neuropsicología Clínica y Máster en Ciencias Cognitivas. Trabaja en la intersección de la Inteligencia Artificial y la Psicología Cognitiva y del Comportamiento, con énfasis en la investigación del impacto de la tecnología sobre el desarrollo humano. Su trabajo se focaliza en la consecución de  nuevos valores y propósitos dentro de una cultura organizacional basada en la persona. A través de su marca registrada OnWell participa también en la divulgación de la ciencia y la investigación, dando visibilidad a referentes femeninos, y en el acercamiento al lado más amable de la tecnología, a aquellos algoritmos y soluciones que se diseñan bajo el prisma de la ética social y la sostenibilidad.


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