“El otro no existe”: el mejor mecanismo de feedback permanente

4832

Por: Fernando Gil (Perú), Socio fundador de HCN, Jamming y CIMEXPA

Esta frase la aprendí en mi formación en Bioneuroemoción con el Instituto Enric Corbera. A pesar de conocer el concepto que está detrás de ella nunca me había resonado tanto ni había cobrado tanta trascendencia para mí. Se ha convertido en una herramienta valiosa de mi desarrollo personal y en una de mis creencias potenciadoras.

Fernando Gil-Coach de Equipos certificado por LIM Florida

En el 2011 se desarrollaron en Lima eventos de trascendencia mundial por lo que todas las municipalidades “se pusieron todas de acuerdo” para hacer mantenimiento en las calles. Atravesar la ciudad de un lado a otro era imposible. Las quejas de los ciudadanos eran incansables. Por esa época yo me encontraba en un estado de paz, buen humor y equilibrio. No podía entender por qué la gente se quejaba tanto. Yo pensaba positivamente en lo bien que estaría la ciudad después de los arreglos. Lo que yo “veía” era un fiel reflejo de mi estado interior. En psicología a esto se le llama proyección.

Según Wikipedia: “La proyección es un mecanismo de defensa por la que el sujeto atribuye a otras personas las propias virtudes o defectos. En el caso de la proyección negativa se atribuye a otras personas los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan inaceptables para el sujeto porque generan angustia o ansiedad. La proyección positiva se da cuando el sujeto atribuye a otra persona cualidades dignas de ser admiradas, envidiadas, amadas, etc.”

En bioneuroemoción la frase “el otro no existe” hace justamente referencia a las proyecciones que hacemos en otros de nuestras cualidades y defectos. Si miramos con un poco más de análisis las relaciones más cercanas a nosotros y calificamos a los que nos rodean tal cual los observamos, descubriremos que aquellas virtudes y falencias de otros son un reflejo de nosotros mismos. Por lo tanto, tendremos que preguntarnos en qué medida lo que los otros “son” nos definen como personas y pone de manifiesto aquello que tengo que sanar. Por ejemplo, si una persona me maltrata tengo que cuestionarme a quién estoy yo maltratando. La siguiente pregunta es ¿cómo me estoy maltratando a mí mismo? Cuando la respuesta tampoco fluye debemos identificar aquello que tenemos que desarrollar o sanar producto de que el otro “me” hace. Puede ser que maltrato a alguien o a mí mismo o que necesite trabajar en el desarrollo de mi paciencia, aceptación u otra habilidad o virtud relacionada a ello.

Una buena práctica para vivir la experiencia y la filosofía de “el otro no existe” es identificar a las 5 personas más cercanas de nuestras vidas, hacer una lista de virtudes y defectos y aplicarnos el cuestionamiento y la reflexión de en qué medida estamos proyectando. Recordemos que las proyecciones son un mecanismo de defensa por lo que este ejercicio podría gatillar nuestra resistencia inconsciente a la reflexión.

Cada vez que alguien hace algo que nos fastidia en lugar de encolerizarnos y reaccionar debemos darle gracias a es@ maestr@ por mostrarnos aquello que tenemos que sanar en nuestras vidas.


Sobre el autor:

Fernando-Gil-BN120X120Fernando Gil Sanguineti (Perú), Máster en Economía y MBA de la Universidad de Pittsburgh, estudios doctorales en el IESE, Coach ejecutivo, de equipos y de vida, Master Coach y Trainer Internacional. Socio fundador de HCN, Jamming y CIMEXPA.

Comentarios