Decidir aceptar un trabajo parece ser la parte más fácil, pero implica más que decir un “Si”. Se debe empezar a prestarle la atención debida a la organización y su gente para saber si se va disfrutar o no trabajar ahí.
Puedes realizarte preguntas muy simples como: ¿este es un lugar donde seré feliz?, ¿es un lugar donde me sentiré desafiado?, ¿es un lugar donde prosperare?.
También se puede comunicar con tu red de contactos y tu red de LinkedIn para hacer preguntas como: ¿cuáles son las características de esta organización? y ¿cuánto tiempo se quedan los empleados?. Puedes averiguar también que pasó con la última persona que ocupo ese empleo.
Sabemos que no se puede negociar ni cambiar la cultura de la organización, pero puede ser útil saber de antemano en qué te estas metiendo.
