Perú: Una de cada cinco ingenieros es mujer

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En vísperas del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer , a pesar de los avances del sector, nuestro país presenta todavía una importante brecha de representación de ellas en ámbitos como la tecnología y la ciencia

Precisamente, la brecha de género representa una de las violencias contra la mujer más visibles y, a la vez, más aceptadas o naturalizadas en el mundo, que se suma a una importante lista de agresiones físicas, sexuales, psicológicas, económicas, laborales y culturales.

Así, por ejemplo, solo el 20% de los ingresantes a la UNI son mujeres. Adicionalmente, según Concytec, otro aspecto considerable entre los indicadores nacionales de disparidad de género, es que la brecha laboral más marcadas se encuentra en especialidades como tecnología e ingeniería, donde hay 4,2 hombres por cada mujer. No obstante, la brecha se reduce en las ciencias médicas y de salud (1 mujer por 1,1 hombres).

Pese a las estadísticas, no todo es negativo, a nivel mundial se está reforzando la inserción de más mujeres en cargos de alta dirección de compañías líderes en la industria tecnológica. En España, por mencionar algunos países que han avanzado en esta línea, hay ejemplos concretos, como Rosa García, en Microsoft y Siemens; Fuencisla Clemares, en Google; Irene Caro, en Facebook; y Sara Harmond, en LinkedIn.

En el caso de Latinoamérica, IBM, por ejemplo, anunció a mediados del año pasado a su nueva gerente general para la región, Ana Paula Assis; mientras que Rayen Salud, empresa que ha liderado la incorporación de tecnología para mejorar la eficiencia del sector salud a nivel Latinoamérica y que también está presente en el Perú, presentó a Sandra Gatica como su CEO, hace exactamente un año.

En el caso de Perú, son pocas, pero destacan mujeres que lideran emprendimientos tecnológicos, como Carolina Botto, CEO de Joinnus, plataforma web y aplicativo móvil de eventos; Mariana Costa, fundadora de Laboratoria, un emprendimiento social tecnológico que busca formar y educar a mujeres con escasos recursos; e Ivonne Quiñones Fundadora y CEO de una plataforma web y móvil, llamada Urbaner.

Sandra Gatica, CEO de Rayen Salud, una de las pocas mujeres que ha logrado posicionarse en la alta dirección de la industria de la tecnología Latinoamericana y que es parte de la valiosa pero aun reducida lista de mujeres que ocupan puestos de primera línea en el Perú (24%), precisa que, “las mujeres hacemos un aporte fundamental en ciencia y tecnología, no es que tengamos que definir quién lo hace mejor, el hombre o la mujer, sino que debemos potenciar y asegurar una participación equitativa y representativa, compartiendo la diversidad de las experiencia, dominios y roles, sobre todo si somos poco más del 50% de la población”.

                                                                                         Sandra Gatica

“Existen diversas iniciativas que se están haciendo con este propósito, como Laboratoria que les otorga la oportunidad a las mujeres de reconvertirse laboralmente y encantarse con la tecnología, especializándolas en un corto tiempo en programación, tomando un espacio que la academia no ha sabido dar cuenta. Pero lo más concreto es ser consecuente y darse el trabajo de buscar y atraer talentos femeninos para posiciones en áreas súper áridas, como son la infraestructura y las bases de datos. Así también, fomentar liderazgos internos que estén dispuestos a tomar posiciones en ambientes muy masculinos”, señaló Sandra, quien actualmente cuenta con dos colaboradoras del programa Laboratoria entre sus filas, la primera María Paz Rojas, de nacionalidad chilena, traductora inglés-español que decidió cambiar en 180° su rubro al graduarse como Desarrolladora Web; y Berenisse Ríos, peruana que desarrolló la aplicación de urgencia para hospitales latinoamericanos, quien declara que su pasión siempre ha sido el aporte social.

Asimismo, Gatica detalló que, “según un estudio de la OCDE, América Latina aumentaría 16% sus ingresos si se eliminara la brecha de género. Esto no sólo tendría relación al valor agregado que podríamos entregar en espacios donde estamos sub-representadas o a la necesaria transferencia de competencias entre géneros, sino a un claro aporte a la eficiencia y productividad. De hecho, el mismo estudio dice que incorporar a más mujeres en las compañías generaría un PIB global adicional de $13 billones para 2025”.

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