Las siete diferencias entre el empleado del pasado y del presente

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Por Josefina Martínez – columnista en América Economía

Es importante entender que la tecnología ha impactado todo ámbito de nuestras vidas, incluso ha estado presente los cambios dentro de las organizaciones. Su principal motor, los trabajadores, también han mostrado cambios significativos que los revisamos a continuación.

Es claro que el desarrollo de la humanidad ha mostrado avances importantes en un corto tiempo. La tecnología en los últimos 20 años mostró una evolución a tal escala que no es comparable con décadas anteriores. 

Esto ha repercutido directamente en cómo las empresas manejan sus procesos y también sus recursos humanos. “El mercado cambió al igual que los negocios. También es cierto que hay más herramientas y oportunidades, pero es necesario recordar que si no estamos preparado ni nos formamos, no vamos a beneficiarnos de estas oportunidades. Una formación adecuada es clave para poder aplicar a puestos de trabajo y no perder oportunidades”, dice Juan Pittau, Marketing and Strategy Consult de AdveiSchool. 

El impacto de la tecnología y la evolución en la gestión, al igual que la distribución de las tareas, han marcado también cambios en las conductas de aquellos que son el pilar de las empresas: los trabajadores. Sus tiempos, los espacios laborales, el uso de la información, la forma de trabajo, entre otras, han tenido un impacto en los últimos años.

Pittau nos ayuda a entender siete puntos con el “antes” y el “después” de los trabajadores, y sobre todo a analizar esta evolución que hoy ha sido fundamental no sólo para su bienestar, sino que para mostrar resultados positivos en las organizaciones. Los que no sólo son económicos, sino también en RR.HH. 

  1. “Trabajar en una oficina corporativa” a “espacio de trabajo variable”:

Esta es una situación que está cambiando en múltiples empresas, sin embargo, en otras, aún está lejos de evolucionar. “El concepto de oficina corporativa es cada vez más arcaico debido a que las nuevas tecnologías permiten controlar desde forma remota el trabajo de espacio variable. La clave no es trabajar en un mismo sitio, la clave es enfocarse a los resultados, KPI y rendimiento de cada empleado”. En definitiva, existen muchas tareas que no son necesarias de realizar en una oficina corporativa.

Pittau cuenta: “El otro día hablaba con una persona encargada en ventas, de edad entre 45 y 50 años que me decía ‘Juan voy a renunciar a mi trabajo, porque me la paso casi todo el día en casa organizando call conference y meetings y no me requieren en la oficina. Yo quiero salir de casa”, quiero ver a compañeros de trabajo”. Es un ejemplo de que los cambios ya están en marca y hay que adaptarse a ellos. 

  1. “Enfocado en procesos” a “enfocado en resultados”:

Antes el foco principal era establecer prioridades al proceso, y es que este es muy importante que le otorgaba un plus para la compañía. Ahora, lo principal es enfocarse en los resultados que se obtienen, sin dejar de lado por supuesto el proceso correspondiente. 

El punto es, ¿priorizamos el proceso o el resultado? “Lo ideal es obtener los mismos resultados, con procesos que nos hagan más eficaces y al mismo tiempo ahorrar tiempo. Por ejemplo, hay softwares que ayudan a que seas eficiente y otros que te complican más las cosas, el uso y elección de herramientas en el proceso mejorará o empeorará los resultados”. 

  1. “Usar el equipo de la compañía” a “uso de cualquier equipo”:

Ir a trabajar y llegar a tu puesto de trabajo, utilizar los equipos de la compañia era parte de lo cotidiano. Esto está cambiando en las empresas. 

Si nos basamos en resultados, “que la información, accesos, credenciales están en la nube, no importa el equipo, importa quién accede, cómo accede y qué funciones y acciones realiza en este. El diferencial es el factor humano, el talento que está detrás del equipo sea donde sea que esté”, asegura el español.

  1. “Acumula información” a “comparte información”:

“Esto es algo que lo sigo viendo, y cuesta que cambie. La acumulación de información sigue siendo un elemento de ‘retención’ la persona considera que puede ‘controlar’. Antes, formarse y acceder a la información era de pocos, ahora es de muchos. La persona creía y sigue creyendo, que acumular información le da poder en la compañía, esto es un error”.

Los que comparten información avanzan porque debaten, explican, aportan, suman y no restan. Los acumuladores de información no están bien vistos en las empresas y son los menos solicitados. “En las entrevistas de trabajo que me ha tocado participar para reclutar a personal en una compañía, una de las preguntas clave era que debe estar dispuesto a compartir lo que aprenda y lo que sepa a los compañeros de trabajo o a quien se lo solicite”, agrega.

Si hablamos de “control”, el control no pasa por acumular información, pasa por la capacidad de adaptarse a diferentes escenarios y cambios.

  1. “Escala la escalera corporativa” a “crea una escalera propia”:

Si bien podemos decir que tienes un puesto de trabajo y deseas avanzar en él, subir escalones dentro de la corporación te interesa escalar.

También podemos decir que puedes crear tu propia escala y avanzar, permitiéndote ganar aptitudes nuevas, desarrollos nuevos pero que no te interese subir escalones en la compañía, creo que uno de los tantos errores, se podría resumir con esta frase “estos cambios destruíran a las empresas” lo escuché en una charla de managment, pero lo importante acá es analizar qué empresas lo están haciendo, de qué industrias son, y cuáles son los resultados.

  1. “Enfocado en el conocimiento” a “capacidad de adaptación”:

El conocimiento es importante, pero sin capacidad de adaptación, no sirve. “Antes la experiencia y conocimiento era el todo, ahora si no le sumamos a lo anterior la capacidad de adaptarse, no está afirmado”.

Existen personas con escasa experiencia y conocimientos debido a su poca trayectoria, pero se logran adaptar a diferentes escenarios de trabajo, aprenden rápidamente y obtienen resultados. “El diferencial es la capacidad de adaptación. Con esto no quiero decir que el conocimiento y trayectoria no aportan valor”, añade Pittau.

  1. “Trabaja de 9 a 5” a “horario flexible”:

Estar en una oficina determinadas horas implica que una persona asista a un puesto de trabajo con determinado horario y realice funciones de forma organizada. El tema del “horario flexible” debe estar bien determinado con respecto a las funciones del puesto con una determinada estructura, ya que existe una posibilidad que “esta ventaja” se transforme en un dolor de cabeza.

Eso sí, “no confundir ‘horario flexible’ con ‘trabajo más desde casa’, esto es algo que debe organizarse bien”.

Fuente: AméricaEconomía

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