Los pretextos: Cuando los peros impiden que los objetivos avancen

2196

Por César Antúnez de Mayolo – Profesor de la Escuela de Postgrado de la UP

Los colaboradores tienden a percibir de distinta manera qué tanto control tiene sobre los problemas. Aquellos que creen que controlan lo que sucede y no culpan a factores exógenos logran mejor desempeño laboral.

Usted está empezando una reunión que se realiza semanalmente, y cuando se encuentran revisando los indicadores de uno de sus gerentes, este le comenta que no llegó a sus objetivos del periodo porque su equipo se encuentra imposibilitado de usar una herramienta informática, la misma que reporta errores.

Entonces, le toca el turno a otro de sus gerentes. Este justifica el mal desempeño de su equipo aduciendo que lleva ya 14 días sin stock de un producto importante. Sin embargo, de inmediato, el responsable de logística asegura que ese problema de stocks se solucionó hace ya una semana.

Usted va comprobando que ciertos sucesos se exageran, convirtiéndose en pretextos para que la gente no asuma la responsabilidad que le corresponde, achacando la causa de malos desempeños a factores exógenos o a haber estado muy ocupados en algo más importante.

Incluso, le da la impresión de que algunos preferirían que ciertos factores exógenos persistieran, para encubrir bajos rendimientos o no atacar las causas reales de los problemas que afectan su desempeño.

¿Qué tan difícil es llegar a la raíz de los problemas, para encontrar responsables y que las cosas no queden en el aire? ¿Cómo hacemos para que la gente se acostumbre a diagnosticar adecuadamente los problemas de negocio y trate de dimensionar todo lo que se pueda?

¿Excesos?
Cuando llegamos a una conclusión incorrecta sobre algo a base de tan solo un suceso, estamos sobre generalizando o sobreestimando la ocurrencia de un hecho, a través de una distorsión cognitiva, que implica ciertos errores al pensar y tiene el potencial de causarnos mucho dolor emocional.

A veces, esa sobre generalización llegamos a hacerla catastrófica, como si se tratase del “fin del mundo”, cuando en realidad las cosas no son tan malas. Es más, si hacemos que las cosas parezcan peores de lo que en verdad son, viviremos muy frustrados y no llegaremos a encontrar la raíz de los problemas.

Control de problemas
La gente percibe de distinta manera qué tanto control tiene cada uno para cambiar los problemas que se nos presentan. Aquellas personas con “locus de control externo” creen que la suerte, el destino o ciertas poderosas fuerzas externas controlan lo que les sucede, mientras aquellas con “locus de control interno” creen que son ellas quienes controlan lo que les sucede.

Según diversas investigaciones, aquellos empleados con locus de control interno tienen mayores niveles de satisfacción laboral y logran un mejor desempeño laboral, disfrutando además de mejor salud y estabilidad emocional.

Cuando un líder empieza a asumir la responsabilidad por los hechos y deja de culpar a otras personas o a factores exógenos, pondrá énfasis en revertir las condiciones desfavorables y será percibido como más poderoso, ganando aceptación en su equipo. El célebre filósofo romano Séneca exhortaba a que, en lugar de llenarnos de pretextos, aprendamos a transformar nuestros problemas en sabiduría, convirtiendo los “limones” de nuestras tragedias de vida en la “limonada” de la sabiduría.

Comentarios